Louise Michel, vida de una revolucionaria

Por Natalia Cruces

Cuidado con las mujeres cuando se sienten asqueadas de todo lo que las rodea y se sublevan contra el viejo mundo. Ese día nacerá el nuevo mundo (Louise Michel, Memorias)

La vida de Louise Michel, se liga a la consolidación de la clase obrera como sujeto social y político de la revolución. Nace en 1830. Su madre era sirvienta. Louise estudia para ser maestra. Ya en 1869 la encontramos afiliada a una sociedad democrática, que tenía como fin la ayuda a los trabajadores y las trabajadoras. Louise se desempeña como secretaria de la sociedad.

Llena de convicciones radicales, anticlericales y feministas, Louise denuncia las condiciones de explotación y opresión de la clase obrera: el gobierno imperial primero, y los gobiernos republicanos burgueses después; que sólo explotan a los trabajadores para garantizar las ganancias empresariales. Con respecto a la situación de la mujer, denuncia que ni siquiera era una “ciudadana”, en esta república burguesa que pretendía entregar supuestos derechos universales a todos, pero que en realidad, sólo busca ocultar bajo el velo de la ciudadanía y el discurso de la igualdad, la diferencia de las relaciones humanas del capitalismo, la búsqueda de beneficios de unos, sobre el trabajo de otros. El código napoleónico, además, excluía de cualquier tipo de derecho a las mujeres.

Expulsada de un colegio por enseñar a los niños canciones revolucionarias y denunciar el gobierno imperial de Napoleón III, se dirige a París, donde se contacta con los círculos comunistas y la asociación internacional.

La comuna de París, proclamada en marzo de 1871, tiene en Louise una de sus principales animadoras. Durante dos meses, los trabajadores y el pueblo de París van a organizar la comuna. El Club de la Revolución y las milicias contarán entre sus filas a esta luchadora. Entre otras medidas, la Comuna proclama el derecho de los trabajadores a controlar las empresas abandonadas por sus dueños, termina con el trabajo nocturno, forma una Guardia Nacional integrada por todos los que pudieran portar armas, separa la Iglesia del Estado y expropia los bienes de la iglesia. Propone la educación gratuita. La comuna es el antecedente del primer órgano de poder de los trabajadores.

Ante el ataque de los ejércitos imperiales y reaccionarios, y ante el ataque del capital, Louise organizará los batallones femeninos. Como luchadora incansable, está en la primera fila del combate.

Arrestada después de la derrota, se enfrenta al juicio en su contra y pide para sí la muerte. Ya que si sale viva, no va a descansar en su lucha por sublevar al pueblo contra sus enemigos de clase. Sus palabras en ese momento, demuestran esa convicción: "No me quiero defender. Pertenezco por entero a la revolución social. Declaro aceptar la responsabilidad de mis actos (...) Ya que, según parece, todo corazón que lucha por la libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, exijo mi parte. Si me dejáis vivir, no cesaré de clamar venganza y de denunciar, en venganza de mis hermanos, a los asesinos de esta Comisión". Luego, es apresada y deportada a una de las colonias francesas, donde colabora en la lucha por la independencia, y desde donde apoyará también, la lucha de los argelinos contra la Francia opresora.

A su salida de prisión, prosigue su lucha por la emancipación de la humanidad, siendo encarcelada, perseguida o deportada en varias otras ocaciones.

Hasta su muerte, se dedica a dictar conferencias, escribir artículos y difundir los ideales de la revolución. Fallece el 9 de enero de 1905. Por toda la ciudad aparecen carteles: “Pueblo de París, Louise Michel ha muerto”. Más de cien mil personas acompañan el cortejo. Ese mismo día, a miles de kilómetros, en Rusia, la represión zarista, conocida como el “Domingo Sangriento”, asesina a cientos de obreros. Trotsky y Lenin hablarán de la revolución de 1905, en Rusia, como el preludio de Octubre de 1917, cuando se conquiste el primer Estado obrero del mundo.

Louise Michel planteará la necesidad de terminar con la opresión hacia las mujeres, uniendo para ello su lucha junto a los trabajadores para terminar con la explotación. Así, durante la Comuna, Louise plantea: “No más explotadores. No más jefes… el pueblo se ha de gobernar por sí mismo”. Pero también por las mujeres, dice: “queremos ser libres”. Su llamado es a constituir milicias femeninas y clubes femeninos que se unan a la revolución, que defiendan la Comuna; pero también, que luchen incansablemente por los derechos de las mujeres.

Bibliografía:

  • Louise Michel, Vidas rebeldes, Nic Maclellan editora, Ed. Ocean Sur, cuba, 2006
  • Luchadoras, Historia de mujeres que hicieron historia, Andrea D´Atri ed., Ediciones IPS, Argentina, 2006
  • Pan y Rosas, Andrea D´Atri, Ediciones Armas de la Crítica, Argentina, 2004

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