La brecha salarial, el debate de la desigualdad.

Por María Rojas y Gabriela Mendoza.

La brecha salarial, es uno de los temas que afecta a la mujer con respecto al trabajo. Sin embargo ahora, ha venido preocupando a la Concertación y la derecha, en mayor medida que hace algunos años, pero que ahora cobra mayor importancia de discusión. ¿Por qué esta preocupación? Porque si la clase trabajadora comienza a ser importante por sus problemas, generando una discusión nacional, la situación de la mujer trabajadora también empieza a tener cabida dentro de esta emergencia de "cuestión obrera". Es decir, que los problemas de la clase trabajadora como su situación, comienzan a ser debate nacional, dentro de los cuales, los de la mujer trabajadora, tienen importancia no sólo por ser mujeres y vivir la discriminación y opresión, sino que además, comienza a crecer el grupo de mujeres que pertenecen a la clase trabajadora. Por lo tanto, deben estar pendientes de estos temas, porque viven una peor situación al interior de la clase trabajadora.

La Concertación, se ha venido presentando como falsos amigos del pueblo, haciendo todo tipo de promesas para lograr que saliera electa Bachelet, ya que les venía costando gobernar por el desgaste de los partidos patronales y el neoliberalismo en chile (lento y controlado), la bonanza económica que despierta luchas de presión, etc. Por lo tanto, tuvo que prometer un gobierno para los sectores sociales postergados, ofreciendo mayores gastos sociales, que les permitiera sentar bases para poder gobernar, dentro de los que se contemplan las mujeres.

Sin embargo, por la importancia que vienen tomando los problemas de la clase trabajadora y el pueblo pobre, debido a lo que llamamos además, una incipiente recomposición de sus organismos y luchas, la Concertación debe plantearse ponerse a la cabeza, conteniendo toda posibilidad de que se abra un cuestionamiento o que el pueblo pobre y trabajador, tome las demandas en sus manos. En este sentido, el problema de la brecha salarial comienza a preocuparles, eliminarlo sería un logro. ¿pero que hay detrás de esto? ¿lo llevarán hasta el final?

El neoliberalismo (etapa actual del capitalismo) modelo económico heredado de la dictadura y mantenido por la Concertación, ha llevado en extremo a sobreexplotar a los trabajadores y trabajadoras, reduciendo el salario, aumentando la explotación mediante la flexibilización laboral, privatizando los servicios básicos, etc. En el caso de las mujeres, las ha relegado a un lugar doblemente oprimido, es decir, que ahora deben cargar con la doble jornada laboral. Lo que pone barreras para que las mujeres se incorporen al mercado laboral. Si bien el neoliberalismo permite la incorporación de las masas de mujeres al mercado laboral, a la vez, reproduce las mismas situaciones de subordinación del hogar en el trabajo. Pero ahora lo pretende hacer además, bajo las condiciones de la flexibilización laboral. Esto pone a la mujer bajo condiciones de degradación, porque se le hace más difícil la vida a pesar de conseguir la independencia económica. Esta situación caracteriza la situación laboral de la mayoría de las mujeres trabajadoras, que conduce a muchas incluso, a condiciones de extrema pobreza: la feminización de la pobreza.

La Concertación ha elaborado planes en conjunto con la CPC y el Sernam, llegando a acuerdos de eliminar la brecha salarial y las discriminaciones de género, mediante la implementación de las Buenas Prácticas Laborales. ¿Pero puede la Concertación y la derecha dar solución hasta el final, si son ellos mismos los que han mantenido este sistema neoliberal? Claramente no hasta el final, porque la Concertación ha mantenido la obra impuesta por la dictadura de Pinochet que se ha encargado de profundizar, la derecha defiende en esencia lo que ellos mismos impusieron. Han venido cimentando el "Chile Precario", que ha permitido aplicar la flexibilización laboral y una serie de planes que pretenden facilitar acrecentar las ganancias patronales y el crecimiento económico a costa de la superexplotación de la clase trabajadora. Dentro de estos planes, la incorporación de la mujer trabajadora es clave. Es lo que les permite incorporar mano de obra barata, al sustentar las discriminaciones a las mujeres, por el hecho de ser mujeres. Pero si ahora pretenden igualar el salario entre hombres y mujeres, lo que es bueno, se esconde algo detrás de todo esto.

Si por una parte la mujer trabajadora es mano de obra más cara que el hombre, debido al costo de posnatal que debe pagar la empresa, por un embarazo, las salas cunas, etc., esto lo solucionaban con la discriminación, que permite pagar menos salario por igual trabajo a las mujeres. Pero ahora, pretenden incorporar a la mujer trabajadora masivamente al mercado laboral. Según el Foro Económico Mundial, " La lógica es que un país es más eficiente en la utilización de sus recursos humanos si no hay disparidad de género. Si la hay, no hay aprovechamiento del recurso humano y pierde competitividad a nivel mundial." (La Nación). Entonces, para obtener más competitividad, deben incorporar más mujeres al mercado laboral, para lo cual toman medidas, como por ejemplo prometer mejores salarios, pero bajo las condiciones del trabajo flexible y los sueldos de hambre, buscando que sea compatible con la función social de la mujer como productora del trabajo doméstico, sin poder desligarse de esto.

El ministerio del trabajo y previsión social, ha impulsado el proyecto de ley que incorpora al código del trabajo: "el principio de igual remuneración entre hombres y mujeres por trabajo de igual valor". El proyecto consta en que todas aquellas empresas de más de 5 trabajadores, deban mantener un registro escrito que consigne los cargos, el número de personas que los desempeñan y los nombres de quienes los ejercen. A este proyecto, se le dará prioridad, según Eduardo Díaz, presidente de la Comisión de Familia de la Cámara de Diputado, el cual, anunció que "en nuestro país por cada mil pesos que gana un hombre, una mujer percibe solo 689 pesos, una situación que no resiste mas". Esto, lo sabemos desde hace mucho tiempo. Que las mujeres ganemos 30% menos que los hombres en salarios no es nada nuevo, pues sucede así con otras condiciones laborales que reproducen la discriminación de género. Pero debe ser la mujer trabajadora, la que por medio de sus luchas, consiga eliminar no sólo la brecha salarial, apoyándose en sus hermanos de clase, sino que mejorar la totalidad de sus condiciones laborales y de vida, sometida a la discriminación de género t a la explotación patronal.

La Concertación habla de que siempre han implementado políticas destinadas a facilitar la participación femenina en el mercado laboral. Esto puede ser posible, pero a favor de las ganancias de los patrones. Solari habló de que "desde el año 2001 está vigente en el Código del Trabajo la existencia de jornadas parciales y también se permite el tele-trabajo que es el trabajo desde los domicilios". Pero, las mujeres son hoy el 40% de las jefas de hogar. Tienen que por tanto ser el sustento económico de sus familias, pero ello se dificulta al tener a su cargo también las tareas domésticas y por si fuera poco, cobrar menos por el mismo trabajo. Estas precarias condiciones y de riesgo, la obligan a tener que trabajar en jornadas medias, por horas, en los sectores más precarios y a veces hasta sin contrato. Sin embargo, la solución que la Concertación y la derecha dan, es mantener esta situación, a la vez que implementan pésimos trabajos para las mujeres, que necesitan trabajos estables, seguros, remunerados -al menos- según la canasta familiar básica. Pero no puede ser de otro modo, están defendiendo los intereses del empresariado, y "este" lugar de la mujer, es el que les favorece a sus ganancias.

Es una tendencia creciente el empobrecimiento de las mujeres a nivel mundial actualmente, lo que lleva claramente a pensar que el neoliberalismo –como toda forma de capitalismo -, no permite la liberación de la mujer con la independencia económica de la situación subordinada a la que está sometida como se piensa. Esto se comprueba simplemente mirando los datos. En los países desarrollados, la brecha salarial también existe, contrariamente de lo que se cree. Por lo que la eliminación de la brecha salarial, no parece ser una promesa que pueda ser cumplida de mano de la Concertación y la derecha si ni en los países desarrollados esto es así. En Europa, es de un 27% de promedio (Blogs La Segunda). Podemos decir que la situación de las mujeres ha empeorado. Pues, Chile por ejemplo, se ubica número 90, de 115, en la categoría de participación económica y oportunidades (ranking de brechas de género del Foro Económico Mundial). Pero esto no puede hacer pensar a las mujeres que no deben trabajar, pues es un avance importante que el índice de fuerza laboral femenina sea de un 38% (el más alto de la historia en chile), pues deben luchar por mejorar su situación desde su lugar como trabajadora, tomando las demandas en sus manos. Ahora que con el alza de los precios, se le hace más difícil a las mujeres enfrentar su situación de vida, pues sube el pan, la leche, las frutas y verduras, etc., mientras que los patrones vienen teniendo altas ganancias en estos últimos años; baja aún más el poder adquisitivo de las mujeres y la clase trabajadora en general. En muchos casos ni siquiera perciben el sueldo mínimo de $135.000, con lo que a duras penas se vive. Por lo que de nada servirá que la Concertación pretenda subir el sueldo mínimo a $144.000, pues si sigue el alza de precios, no significa ningún cambio, de hecho es una burla. La impunidad de los patrones queda demostrada. La clase trabajadora no puede seguir confiando en la Concertación y la derecha, que se hacen pasar por amigos del pueblo. Por ello, es necesario impulsar una campaña por un salario mínimo de acuerdo a la canasta familiar "movible", que permita al menos cubrir las necesidades básicas. Para ello, es necesario construir un partido de trabajadores y trabajadoras revolucionario, que se plantee esta lucha hasta el final, sin confiar en los partidos patronales que se hacen pasar por amigos del pueblo, cuando cuidan los intereses de los patrones.

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