POR QUÉ NACE NUESTRA AGRUPACIÓN PAN Y ROSAS - TERESA FLORES?

DESDE HOY HASTA NUESTRA LIBERACIÓN
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Dada la situación actual de las mujeres, en que se nos ha negado la "píldora del día después", se nos discrimina en todos los ámbitos de la vida, el trabajo, se nos paga un 30% menos que a los hombres, somos discriminadas y abusadas en colegios, sufrimos violencia y hasta el femicidio que queda impune; se nos obliga a asumir una moral que nos condena desde la Iglesia, que nos trata de satánicas por ser lesbianas, por abortar, por intentar vivir y decidir como queramos, pero otros deciden por nuestros cuerpos y destinos.


Por esto y mucho más, porque con la crisis económica mundial queda cada vez más claro para quienes gobiernan los Estados de la democracia para ricos en todo el mundo, con la guerra entre Israel y el Líbano que deja como únicas y verdaderas víctimas a los trabajadores y el pueblo pobre, y sobre todo a las mujeres, miles de niños y jóvenes sin futuro. Y somos las mujeres trabajadoras las que más sufrimos con la carga que los empresarios desatan sobre los hombros de la clase trabajadora con las crisis económicas y sus consecuencias no naturales, como la cesantía, los sueldos de hambre, el trabajo precario, y la miseria en las poblaciones. frente a lo que decimos que la crisis la paguen los empresarios.


Por eso presentamos este programa para empezar a luchar por nuestros derechos e intereses, que debemos empezar a defender por nuestras propias fuerzas sin confiar en los partidos patronales, la Iglesia, el Estado ni ninguna institución de la democracia para ricos y por tanto, tampoco en las otras, como Bachelet que defiende a los empresarios y no a nosotras las mujeres trabajadoras y las que sufrimos la miseria. Por eso levantamos una agrupación de mujeres anticapitalista, clasista y revolucionaria, independiente del Estado de la democracia de los ricos, de los partidos patronales y la iglesia. Pan y Rosas - Teresa Flores se plantea una lucha por nuestros derechos y nuestra liberación, y por la revolución socialista liderada por las mujeres y hombres de la clase trabajadora en alianza con todos los oprimidos y oprimidas para terminar con toda opresión y explotación y sentar las bases de nuestra emancipación efectiva.


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Programa de nuestra agrupación "Pan y Rosas - Teresa Flores"




¿Qué estrategia planteamos para nuestra liberación?


La opresión del patriarcado, las relaciones sociales establecidas milenariamente basadas en la opresión de las mujeres por los hombres, surge al inicio de la sociedad de clases, la cual se basa en la explotación económica y social de un grupo mayoritario por otro minoritario. Este grupo dominante minoritario, extrae el producto del trabajo del primero y conserva la propiedad privada de los medios de producción manejando la sociedad de conjunto. Bajo el sistema económico y social capitalista, la sociedad se divide en la clase burguesa explotadora y la clase obrera explotada.

La opresión de las mujeres, que ha existido en todos los estadios de la sociedad de clases, bajo distintas formas de sometimiento de nuestro sexo, en el capitalismo adquiere formas nuevas, donde se legitima y reproduce para beneficio de los capitalistas. La doble jornada laboral de las mujeres trabajadoras que reciben un salario miserable en las empresas y luego llegan a realizar el trabajo doméstico a sus hogares alargando su jornada, es una muestra de ello, mientras otras mujeres son empresarias y explotan a otras mujeres trabajadoras para deshacerse del trabajo doméstico. Así, los intereses entre las mujeres capitalistas son contrapuestos con los de las mujeres trabajadoras.

Para terminar con el salario miserable que recibimos las mujeres trabajadoras, las consecuencias de los abortos clandestinos que nos afectan junto a las mujeres pobres, la prostitución, la discriminación y la violencia, las dobles jornadas y el trabajo doméstico, y la miseria que viven a diario las mujeres de los sectores populares; es necesario empezar a luchar por nuestros derechos en el camino de terminar con nuestra opresión como mujeres y con la explotación como trabajadoras de raíz, que el capitalismo legitima y reproduce.

Aunque todas las mujeres seamos oprimidas, somos las trabajadoras y las mujeres pobres las que vivimos las peores situaciones bajo el capitalismo. Por esto, nuestra perspectiva de liberación y de lucha debe ser anticapitalista, clasista y revolucionaria. Las mujeres no podemos liberarnos hasta terminar con el capitalismo que reproduce la opresión y mantiene la explotación a los trabajadores y trabajadoras. Entonces es necesario luchar de forma independiente del gobierno, la Iglesia, los partidos patronales y el Estado capitalista que se viste de democracia, que garantizan nuestra situación. Sólo con la revolución socialista encabezada por los trabajadores y trabajadoras en alianza con los oprimidos y oprimidas, los mapuche, el movimiento estudiantil y el pueblo pobre, para socializar los medios de producción y acabar con el capitalismo, podemos garantizar las bases de una sociedad socialista, para comenzar nuestra liberación como mujeres. Sin embargo, comenzamos desde hoy a luchar por nuestra liberación, al mismo tiempo que luchamos por avanzar en nuestros intereses y demandas para allanar este camino enfrentando la sociedad capitalista y las aristas de su opresión sobre las mujeres.

El capitalismo y su seguidilla de crisis, guerras y desastres sociales sostenidos por los capitalistas, asesta los golpes más duros sobre los trabajadores y sobretodo sobre las mujeres trabajadoras, saliendo a exposición toda su miseria e irracionalidad, de un sistema que no tiene nada de eterno, perfecto ni natural y permitiendo más abiertamente el cuestionamiento de nuestra situación.

Es por esto que desde clase contra clase, desde donde siempre hemos dedicado fuerzas para tratar el problema de la opresión de las mujeres, ahora queremos dar paso a la formación de una agrupación de mujeres que formada por militantes de nuestra organización con mujeres trabajadoras y estudiantes independientes se plantee luchar por los derechos y la liberación de las mujeres trabajadoras, junto a las mujeres de sectores populares, jóvenes y estudiantes para enfrentar nuestra situación.

Clase contra clase te invita a hacerte parte de "Pan y Rosas. Teresa Flores".*


Nuestro programa político se basa en la realidad de los principales problemas que las mujeres trabajadoras enfrentamos y la desigualdad que recae sobre las mujeres de los sectores populares, jóvenes y niñas.


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Trabajadoras paro sector público, Noviembre, 2008

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Por eso nuestro plan de lucha actual comienza por:

a) Anticonceptivos libres, gratuitos y de calidad para todas las mujeres que los requieran. Educación sexual en los colegios públicos y en los centros de salud pública para todas y todos, sin la moral de la iglesia machista y conservadora. El derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito para toda mujer que lo requiera. Todo esto garantizado por el Estado.


Ocurren en nuestros país cerca de 160.000 a 200.000 abortos clandestinos al año, la mayoría de los cuales son insalubres y en condiciones precarias, que dejan con secuelas graves a las mujeres trabajadoras y de los sectores populares, mientras las ricas se los hacen en clínicas privadas de forma segura. La ley contra el aborto es una de las más restrictivas del mundo, pues no permite ningún tipo de aborto, ni siquiera cuando el embarazo es producto de violación. El derecho a la píldora del día después tampoco existe de manera libre y gratuita, tras el fallo del Tribunal Constitucional, liderado por la derecha, la Iglesia y el consentimiento final de la Concertación. La ilegalidad del aborto no termina con el aborto, luchemos por esto derechos para decidir nosotras por nuestros cuerpos.

b) Los derechos de las mujeres trabajadoras, a obtener igual salario por el mismo trabajo, no más trabajo inestable y no más subcontratación. Por un salario igual a la canasta familiar de 350.000 pesos. Derechos para las madres trabajadoras: por derecho de posnatal, salas cuna y jardines infantiles gratuitos, garantizados por la patronal y el Estado. Derecho a sindicalizarnos y ocupar cargos sindicales.


Las mujeres trabajadoras somos el 40% de la fuerza laboral en Chile. Cobramos de sueldo entre un 30% y un 40% menor que el de los hombres por el mismo trabajo. Además nos contratan en los trabajos más precarios, subcontratadas, percibiendo bajos sueldos, nulos derechos como trabajadoras y nula estabilidad laboral. Cuando quedamos embarazadas, muchas veces somos despedidas, y cuando trabajamos en condiciones aberrantes perdemos nuestros embarazos espontáneamente. No tenemos derecho a posnatal y no hay donde dejar a los hijos en las empresas mientras trabajamos, además los costos de los jardines infantiles no los podemos pagar. El derecho a sindicalizarse y derecho a huelga para la clase trabajadora es restringido en este país por la impunidad de los patrones, que tienen un Estado capitalista a su servicio que se los permite por ley. Pero para las mujeres trabajadoras es aun más difícil, por las precarias condiciones y el machismo que nos obliga a preocuparnos de los hijos, a ocuparnos de otras tareas privadas de la familia restringiéndonos socialmente de participar y defender nuestros derechos. Luchemos por nuestros derechos como trabajadoras.

c) No más violencia contra las mujeres. Enfrentemos el abuso, la discriminación y el maltrato. Por el derecho a la educación e igualdad de oportunidades de trabajo para las mujeres. No más expulsiones en los colegios por embarazo. Basta de doscriminacíón por género, sexo y etnia. Hogares transitorios para las mujeres víctimas de violencia y sus hijos e hijas, garantizados económicamente por el Estado y bajo control de las propias víctimas de violencia, organizaciones de mujeres y trabajadoras, con gabinetes de profesionales y especialistas, sin presencia policial ni judicial. En nuestros lugares de trabajo y en los sindicatos, creación de comisiones de mujeres, independientes de las patronales, que se ocupen de los casos de acoso sexual o laboral y discriminación hacia las trabajadoras. Subsidios transitorios garantizados por el Estado para desocupadas acordes a la canasta familiar y licencias pagas para las trabajadoras víctimas de violencia con atención en salud garantizado por la patronal. Tipificación del asesinato de mujeres como Femicidio y las más altas penas para los femicidas, abusadores y violadores, todos potenciales femicidas también. Ninguna confianza en la justicia patronal, que las víctimas de maltrato junto a las organizaciones sindicales, feministas, de izquierda y minorías sexuales, determinen y hagan cumplir las penas.


Las mujeres tenemos que luchar contra todas las formas de violencia sobre nosotras: decisiones que toman por nosotras, la desigualdad, la discriminación, el sometimiento social a los hombres, el abuso, el maltrato, el femicidio; que la ley y la cultura reproducen y el capitalismo garantiza por medio del gobierno, el Estado capitalista, sus instituciones y la Iglesia.

d) Por los derechos de las lesbianas, bisexuales y contra toda discriminación por sexo, género y opción sexual. No más expulsiones de los colegios y trabajos por discriminación.

A las mujeres se nos enseña desde la infancia en la familia y en los colegios, muchas veces además con la moral conservadora de la iglesia, a seguir patrones de conducta sexual determinados y diferenciados para hombres y mujeres según los roles de género que la sociedad necesita para garantizar las desigualdades que sirven al capitalismo. Cualquier cambio de comportamiento sexual, es causa de discriminación, violencia y marginación que se manifiesta además en expulsiones en el trabajo y los colegios, en no poder vivir en parejas del mismo sexo. Por eso planteamos unidad en la acción por las demandas propias del movimiento de minorías sexuales, y la defensa de nuestros derechos como mujeres lesbianas, bisexuales, a vivir la sexualidad libremente.

e) Por la liberación de las mujeres del trabajo doméstico y las tareas relegadas por género. Por la socialización de las tareas domésticas: luchemos por poner en pie comedores colectivos y lavanderías, exijamos salas cuna y jardines infantiles para todas las madres, pagados por el Estado y la patronal. Por el derecho al trabajo estable de todas las mujeres, enfrentemos la cesantía y la miseria. Por el reparto de las horas de trabajo para que nadie se quede sin trabajar.

Las mujeres trabajadoras, de sectores populares, las niñas y las jóvenes, somos las que realizamos el trabajo doméstico en la sociedad. Luego del trabajo o como tarea primordial en nuestras vidas, se nos relega este trabajo que es social y que realizamos individualmente. Es un trabajo gratuito, que les sirve a los patrones para ahorrarse el sueldo que deberían pagar a los trabajadores si no lo hiciésemos gratuitamente y que se ahorra el Estado capitalista mediante el cuidado que las mujeres realizan a los enfermos y viejos. Este trabajo gratuito debe ser socializado para que no siga recayendo sobre las mujeres trabajadoras y pobres y para que las mujeres podamos incorporarnos al trabajo social en igualdad de condiciones. Estas transformaciones las podemos empezar a ensayar ahora, pero debemos generalizarlas como una tarea primordial en el momento en que la revolución socialista liderada por los trabajadores y trabajadoras en alianza con los oprimidos y oprimidas, los mapuche, el movimiento estudiantil y el pueblo pobre, siente las bases de la socialización de los medios de producción y con ello terminemos con la propiedad privada. Preparémonos para levantar esta perspectiva de lucha para sentar las bases de nuestra liberación.


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*"Pan y Rosas" es el nombre con el que se llama a la huelga de las trabajadoras de Lawrence (Massachusetts, EE.UU.), que en 1912, culmina con la implementación de la jornada reducida, aumento de salarios y reconocimiento de los sindicatos tras una dura lucha en que, luego de organizar guarderías para sus hijos con el apoyo del sindicato combativo IWW (Industrial Workers of the World), los niños son atacados por la policía muriendo muchos de ellos. Una pancarta de las trabajadoras, se dice, llevaba la consigna "queremos el pan pero también queremos las rosas".

Somos parte de la agrupación Pan y Rosas que comienza en Argentina, que surge al calor de los procesos de tomas de fábrica en 2001 en medio de la crisis, con la participación activa de varias mujeres trabajadoras y estudiantes en la lucha junto a las trabajadoras de Brukman en las asambleas de fábricas ocupadas con compañeras del PTS. El 2003 fruto de actividades como la asamblea por el derecho al aborto libre y gratuito realizada por trabajadoras, estudiantes asistentes al XVIII Encuentro de Mujeres en Rosario, un grupo de ellas comienza a luchar por el derecho al aborto gratuito con una campaña nacional y se plantean luchar por los derechos de las mujeres trabajadoras. Hoy la agrupación “Pan y Rosas”, reúne en Argentina a cientos de mujeres trabajadoras y estudiantes a nivel nacional. “Pan y Rosas” se extendió ya en Brasil y queremos dar inicio a una agrupación en Chile.

Tomamos el nombre de Teresa Flores para reivindicar a esta importante dirigente obrera que junto a su compañero Recabarren, a inicios del siglo XX, en el año de 1913 en Antofagasta e Iquique, en el norte de Chile, fundó centros de mujeres obreras llamados "Frente Femenino y Anticlerical Belén de Sárraga" para luchar por los derechos de las mujeres trabajadoras.


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Pongamos en pie una agrupación de mujeres trabajadoras y estudiantes para levantar estas banderas en todo lugar de trabajo, estudio y en todo el país.

Te invitamos a discutir con nosotras este programa para llevarlo adelante juntas, formar parte de nuestra agrupación “Pan y Rosas – Teresa Flores”, o colaborar y participar en nuestras actividades.

Agrupación de mujeres Pan y Rosas - Teresa Flores, mujeres estudiantes y trabajadoras, militantes de clase contra clase e independientes


Escríbenos a: genero.clase@gmail.com



"El género nos une, la clase nos divide"



Diciembre de 2008


La Historia tiene ejemplos para el presente...¡alguien tiene que ser la primera


Jueves 4 de diciembre de 2008

LA HISTORIA TIENE EJEMPLOS PARA EL PRESENTE


¡Alguien tiene que ser la primera!

Por Celeste Murillo
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En el siglo XXI la participación de las mujeres en los sindicatos sigue siendo un tema de discusión y, aunque todavía persisten fuertes prejuicios, desde el nacimiento mismo de la clase obrera las mujeres estuvieron presentes en los momentos decisivos. No importa si la huelga era de obreras textiles o camioneros, en el norte o en el sur, siempre fueron y son los mismos los que más le temen a las mujeres organizadas: la burocracia sindical y los patrones.


Los “caballeros con pollera”

A fines de 1800, los sindicatos en Estados Unidos sólo permitían la afiliación de varones blancos, dejando por fuera a quienes trabajaban casi siempre en los peores lugares: mujeres, negros e inmigrantes. En estos años una organización llamada Los Caballeros del Trabajo se propuso organizar a las mujeres y de esta manera empezaba una larga pelea que sería continuada por organizaciones combativas y partidos de izquierda.

Con la idea de que clase obrera era una sola, los Caballeros del Trabajo organizaban a un sector importante de la vanguardia obrera, con métodos combativos de lucha y organización. Pero los Caballeros no se limitaron a alentar la participación femenina: pelearon por la organización independiente de las mujeres trabajadoras, lo que permitió el desarrollo de grandes figuras dirigentes. Esto era toda una novedad y por supuesto en la práctica hubo avances y retrocesos. Pero lo que inclinaba la balanza era la política explícita de organizar a las mujeres y a pesar de todos los problemas que existían, a fines de 1880, fue una mujer la que encabezó una de las seccionales más importantes (Chicago). La Asamblea de 50.000 participantes (varones y mujeres) fue presidida por Elizabeth Rodgers de casi 40 años y madre de diez hijos. Elizabeth contó que: “Mi esposo siempre creyó que las mujeres debían hacer cualquier cosa que quisieran (...) pero nunca creyó que me iría tan bien como Master Workam [dirigente]. Fui la primera mujer en unirme a los Caballeros en Chicago. Nos ofrecieron la oportunidad, y me dije a mí misma, ‘Alguien debe ser la primera, y así me decidí’”. Las 50.000 afiliadas de los Caballeros llegaron a ser el 10% de todos los miembros de la organización. A fines del siglo XX, los Caballeros eran perseguidos y reprimidos, sin embargo, habían ganado una batalla importante: la central obrera oficial debió aceptar la afiliación de las mujeres.


La huelga de “Pan y Rosas”

A principios del siglo XX ya nadie podía negar que las mujeres eran una parte importante de la clase obrera y su determinación a la lucha no podía ser ignorada. En 1908 las obreras del vestido de Chicago lanzaron la campaña por la reducción de la jornada laboral; en 1909 las “niñas obreras” textiles conmovían a Nueva York con su gran huelga de los “piquetes móviles” dirigida por Clara Lechmil, la huelguista más “vieja” de 23 años. Mucho más conocida fue la huelga textil que terminó en tragedia con el incendio de la Triangle Shirtwaist Company provocado por la patronal.

En Lawrence (EE.UU.) en 1912 las obreras textiles empezaron una huelga por aumento de salario y reducción de la jornada, pero también peleaban por su derecho a tener una vida digna, allí pintaron la primera pancarta que decía “Queremos el pan, pero también las rosas”. En estos años la IWW (siglas de Industrial Workers of the World, que significa Trabajadores Industriales del Mundo) había tomado la posta de los Caballeros en organizar a las mujeres. Una de sus dirigentes, la militante socialista Elizabeth Gurley Flynn, no sólo fomentaba la sindicalización y participación en la lucha, sino que fue más allá. Decía que si las mujeres después del trabajo tenían que volver a sus casas a realizar ellas solas todas las tareas y cuidar a sus hijos e hijas, era muy difícil lograr que participaran. Entonces empezó a organizar guarderías y comedores comunes para que las obreras tuvieran más tiempo, “La vieja actitud de los hombres de ‘amo y señor’ era fuerte y al final del día de trabajo... el hombre llegaba a la casa y se sentaba, mientras su esposa hacía todo el trabajo, preparar la comida, limpiar la casa, etc.”. La organización democrática de la huelga permitió desplegar muchas iniciativas para alentar la participación de las mujeres, cada mujer que se sumaba traía nuevas propuestas y cada vez eran más.
La IWW lleva adelante medidas novedosas como las reuniones de niños y niñas del sindicato, donde les explicaban por qué sus padres y madres estaban en huelga, para contrarrestar la propaganda antihuelga de la escuela, la prensa y otros sectores contrarios. Otra medida importante, y que logró la repercusión nacional de la huelga, fue la de enviar a los hijos de huelguistas a otras ciudades, para cuidarlos de la represión y que sus madres pudieran participar más en la huelga sin la preocupación de la seguridad de sus hijos. Pero cuando estaba por salir el segundo tren con cientos de niños y niñas, la policía arremetió contra la gente y esto terminó llevando la huelga de Lawrence a la primera plana de los diarios más importantes del país. Las obreras de Lawrence ganaron. Pero no sólo fue importante su triunfo, también mostró el protagonismo decisivo de las mujeres y probó la enorme creatividad obrera que, organizada democráticamente, se despliega de manera impensada.


Ya no soy una sola

La historia de la clase obrera está llena de estas pequeñas historias, que son solamente una parte de la enorme participación de las mujeres, que como vemos todos los días no necesitan permiso de nadie para organizarse y luchar. Las mujeres que levantaron los piquetes móviles en 1909, las que organizaron las reuniones de discusión sindical, las guarderías y comedores colectivos, todas ellas transformaron su vida y la de sus compañeros. De repente las amas de casa formaban la seguridad de los piquetes, las que trabajaron en silencio durante años pasaron a ser oradoras en los comités de huelgas, las que antes habían tenido que agachar la cabeza ahora organizaban un sindicato, las enfermeras montaban y dirigían un hospital para huelguistas... De repente dejaron de ser individuos para convertirse en parte de un todo: ya no apoyaban la lucha de otros, ahora esta era su lucha. Pero el “de repente”, hay que decirlo, en realidad no existe. Lo que sí existió y sigue existiendo son mujeres como Elizabeth Gurley Flynn, Genora Jonson Dollinger, Marvel Scholl o tantas otras, convencidas de que la organización independiente de las mujeres desata una fuerza difícil de parar que da nuevas energías a la lucha de la clase obrera por su emancipación.

Nota de Pan y Rosas Nº 8.
http://www.pyr.org.ar/spip.php?rubrique22

Gran convocatoria en el foro "Marxismo y Feminismo" con Andrea D` Atri...



Gran convocatoria en el foro “Marxismo y Feminismo” con Andrea D` Atri



A eso de las 17:00 horas de la tarde del jueves 11 de Diciembre en la UMCE (ex Pedagógico), ya nos preparábamos para dar comienzo al foro “Marxismo y Feminismo: desafíos para el siglo XXI en un capitalismo en crisis”, con nuestra destacada compañera argentina, dirigente del movimiento de mujeres trabajadoras y estudiantes “Pan y Rosas”, Andrea D`Atri.



Con una convocatoria de más de 100 personas, estudiantes, algunas trabajadoras y profesores, dimos comienzo al foro saludando con un homenaje al estudiante griego de 15 años, Alexis Grigoropoulos, caído la semana pasada en las prolongadas y duras luchas que sostienen estudiantes y trabajadores para enfrentar los descargos de la crisis mundial y la precarización laboral.



Andrea D` Atri, dio su charla en dos grandes temas: planteando la discusión entre el feminismo y el marxismo suscitada en los 70`, cuando la segunda ola del movimiento feminista tuvo que dialogar en todos los términos, con la corriente revolucionaria de la época, el marxismo.



Y una segunda parte en la que abordó la problemática del movimiento feminista tras las derrotas de los movimientos revolucionarios en América Latina, y la división surgida en los 90`, para dar cuenta de los últimos procesos políticos y sociales en América Latina donde las corrientes del feminismo han tenido que probarse.



Planteamos que para el marxismo, la opresión de las mujeres tiene una respuesta concreta en una sociedad basada en la existencia de la propiedad privada y la sociedad de clases, así dimos cuenta que frente a los principales problemas que las mujeres enfrentamos hoy y que hemos enfrentado en la historia, es necesario defendernos pero mirar más allá de la lucha por la igualdad o la mera reforma y luchar hoy por nuestros derechos e intereses con una perspectiva anticapitalista.


Dimos cierre al foro planteando desde Clase y Género - Clase contra Clase, nuestra propuesta de construir una agrupación feminista anticapitalista, clasista y revolucionaria, ante la situación actual de las mujeres en Chile y el mundo, cuando mueren cientos de mujeres asesinadas por sus parejas, ocurren miles de abortos clandestinos, sólo en Chile unos 200.000, dejando graves secuelas para las mujeres mientras el aborto sigue penalizado y ni siquiera tenemos derecho a la píldora del día después. Cuando mujeres en cargos políticos como Bachelet no son garantía de nada para las mujeres trabajadoras y de sectores populares que enfrentamos los bajos salarios, la miseria y la crisis económica que comienza a golpearnos, es necesario que no confiemos más que en nuestras propias fuerzas.



Ante esta situación, presentamos en este foro nuestra propuesta de formar una agrupación feminista con militantes de nuestra organización y con trabajadoras y estudiantes independientes llamada “Pan y Rosas - Teresa Flores” e invitamos a discutir nuestro programa.

17 de Diciembre de 2008

Andrea D` Atri en Chile: Marxismo y Feminismo...

FORO:





Andrea D'Atri:

Dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas

(Agrupación perteneciente a la Fracción Trotskista
por la cuarta internacional (FT-CI), integrada también
por Clase contra Clase)


Dirigente de la agrupación de mujeres Pan y Rosas,

que hoy reune a cientos de trabajadoras y estudiantes.
Integrante del consejo asesor del Instituto del
Pensamiento
Socialista "Karl Marx".


Editora responsable de la sección "Mujer"
del periódico Rebelión.
Docente universitaria en Buenos Aires, La
Plata y Córdoba.
Co-fundadora del Centro de Profesionales
por
los Derechos Humanos.



Jueves 11 de Diciembre


17:00 horas


Salón de Eventos – UMCE (Ex Pedagógico)
Av. José Pedro Alessandri 774, Ñuñoa








Comencemos a agruparnos trabajadoras, pobres y estudiantes


Frente a la situación actual: Agrupémonos trabajadoras, pobres y estudiantes para defender nuestros derechos e intereses


Clase y Género

Con cifras clarificadoras una encuesta de Humanas demuestra en que piensan las mujeres cuando se les pregunta sobre su situación de vida respecto al trabajo, al trabajo doméstico, los derechos reproductivos y la violencia en las parejas. Las mujeres encuestadas si bien dan cuenta del avance de las mujeres para ocupar lugares antes exclusivos de hombres, un 92% se siente discriminada en el ámbito del trabajo, un tema de alto interés para las mujeres, puesto que el 66% consideró la independencia económica y el trabajo como lo más importante en sus vidas. La principal discriminación parece notarse en la brecha salarial que alcanza entre un 30 y 40% frente al salario de los hombres por el mismo trabajo, y el 83% plantea en la encuesta la urgencia de que se igualen los sueldos.

Esta encuesta parece dar cuenta del interés de las mujeres trabajadoras de terminar con las desigualdades en el trabajo, que continúa en un gobierno liderado por una mujer como Bachelet. Pero no todo se ha quedado en encuestas, y aunque parece más pasivo el ánimo de terminar con estos problemas, las mujeres empiezan a plantearlos activamente. Basta con leer las demandas de la mesa de negociación de las mujeres trabajadoras del sector público, para dar cuenta del interés por no esperar, sino luchar contra la brecha salarial, por acceso a salas cuna y jardines infantiles gratuitos en sus lugares de trabajo, en definitiva, por exigir con movilización, como lo hicieron, tanto el reajuste del 14,5% como sus propios derechos de mujeres. Precisamente son estos derechos los que las mujeres esperaron del Sernam, que era el plan estrella de Bachelet y que no se ha concretado, hablamos de las "Buenas Prácticas laborales", que después de ya tres años de gobierno de Bachelet no se han concretado y la intransigencia del gobierno de la Concertación para ceder ante la movilización de los trabajadores y trabajadoras del sector público ante la demanda del 14,5% lo demostró. El triunfo del reajuste del 10%, tras días de movilización masiva, demostró en las calles que los trabajadores y trabajadoras, tiene fuerza para luchar por sus derechos e intereses.


Las mujeres trabajadoras y pobres estamos cuestionando nuestra situación

El ánimo de las mujeres trabajadoras por cuestionar su situación, aunque pasivamente quede demostrado en encuestas, está más latente que antes, y esta movilización lo demostró. Las mujeres trabajadoras que votaron el 2005 por Bachelet tiene más motivos para exigir y luchar por sus derechos, la realidad lo ha demostrado. Basta enumerar las problemáticas que las mujeres trabajadoras viven y que no han mejorado como prometió este gobierno de la concertación y la derecha. Hablamos de la violencia contra las mujeres que llega a un extremo de 55 asesinatos de femicidio este año después de campañas de denuncia; de la discriminación en todo ámbito que un 86% denuncia; de la brecha salarial que se mantiene y acentúa con trabajos precarios y sueldos de hambre; de falta de anticonceptivos gratuitos para protegerse de embarazos, como que la píldora del día después dejara de estar a disposición en la salud pública por mandato de la derecha y aceptación de la concertación. Estos problemas bastan para dejar claro que la situación de las mujeres sigue igual e incluso peor con el gobierno de una mujer, como Bachelet, que demostró que no por ser mujer dejaría de aplicar y llevar adelante la política de los partidos de la Concertación, de gobernar junto a la derecha para los intereses de los empresarios. Y ahora que la crisis capitalista mundial comienza a notarse en Chile, de seguro querrán descargarnos la crisis como ya lo vienen haciendo, como con los fondos de las AFP y los mensajes de "apretarse el cinturón", mientras ya planean para nosotras las mujeres, trabajos flexibles, es decir que estemos disponibles a cualquier sueldo y en cualquier momento para ser despedidas. Así lo confirmó Alfredo Ovalle, presidente de la CPC, el organismo de los empresarios que tan bien califican la política económica del gobierno: "Necesitamos, con mayor fuerza, más flexibilidad y adaptabilidad en el mercado laboral, para responder a las actuales circunstancias y disponer alternativas laborales para miles de jóvenes, mujeres y trabajadores". Para esta situación tenemos que prepararnos las mujeres trabajadoras. Bachelet notando esta situación, y teniendo un ultimo año de gobierno para seguir posando de izquierda y defensora de las mujeres, ha llevado al Parlamento el proyecto "Chile crece contigo" que vendría a solucionar, según dicen, las condiciones de las mujeres madres trabajadoras y pobres, pero es difícil creerlo cuando el sistema público de salud hoy se encuentra en una crisis crónica. Y por más atención que se quiera poner en las mujeres madres, que son mujeres muchas veces jóvenes que han quedado embarazadas sin quererlo, un 25% de las jóvenes latinas son madre antes de los 20 años (CEPAL), o mujeres que están casi obligadas a ser madres, son muchas otras como ellas que han decidido desesperadamente no tener más hijos ante un embarazo que no han elegido, como tampoco han elegido las condiciones en que sus hijos nacerán. Creemos que con un plan así, no se resuelve el problema real de las mujeres trabajadoras y pobres, porque al mismo tiempo de tener un hijo en precarias condiciones no pueden tener la posibilidad de protegerse de un embarazo no deseado, de acceder a anticonceptivos como la píldora del día después, a la que sólo acceden las que tienen dinero. Y si hablamos de las cifras alarmantes de mujeres que abortan que son 160 mil a 200 mil, lo que claramente es una realidad escondida y que se mantiene bajo una política tan restrictiva de nula posibilidad de derecho a aborto, en que mujeres se enferman y son denunciadas, ahora estas cifras seguro aumentarán sin una píldora del día después disponible. La vida de las mujeres se ha empobrecido, y con trabajos precarios y bajos sueldos, en medio de una realidad que deja a las mujeres sometidas a estas situaciones, poco y nada puede mejorar un plan de maternidad como éste. Por más que Bachelet diga defendernos, ha demostrado que no puede darnos ninguna solución.


Y frente a la violencia contra las mujeres, ¿qué paso?

Uno de los problemas que el Sernam ha denunciado, después de callar muchos otros, es el de la violencia contra las mujeres, frente a la cual levantó una campaña de denuncia y llevó adelante ciertas leyes para tipificar el femicidio, aumentar las penas, un número de denuncia y casas de acogida. Pero muchas de estas iniciativas son parciales y no se han concretado hasta el final, lo único efectivo ha sido la denuncia que ha contabilizado los casos de femicidio y el gran interés que ha suscitado esta problemática, sin embargo no ha sido efectivo en lo concreto. La encuesta de Humanas frente a este punto revela que un 56% considera que la situación ha empeorado o se ha mantenido igual en el último tiempo, mientras que un 81% dice que la violencia en el pololeo debe ser sancionada. Las mujeres trabajadoras del sector público también plantearon la necesidad de hacer efectivas las denuncias de acoso sexual laboral que hoy se realiza sólo como sumario interno lo que es manejado privadamente sin ninguna efectividad. Con estos datos de la realidad y con la masiva marcha realizada el año pasado a nivel nacional por el 25 de Noviembre, a la que sólo en Santiago llegaron unas 5.000 personas, entre mujeres, juventud y organizaciones de mujeres, queda demostrado el interés en solucionar estos problemas. Aun más masiva fue la marcha este primer semestre contra el fallo del Tribunal Constitucional, liderado por la derecha, el Opus Dei y la Iglesia, que sancionó prohibir la disposición gratuita y libre de la píldora del día después, que el 22 de Abril tuvo marchando en las calles a nivel nacional a más de 35.000 personas, mujeres, jóvenes de capas medias, a trabajadores y trabajadoras en paro ese día, rechazo a esta medida que se mantiene y que encuentra un 80% de repudio al fallo como similar cifra a favor del aborto terapéutico. Las organizaciones que convocaron a estas marchas, la Red chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual y el Movimiento por la Defensa de la Anticoncepción, que agrupa a varias ONG`s y grupos feministas, de derechos humanos y de salud, pasaron de llevar adelante grandes campañas y marchas, a culminar en cierres de campaña como "El Machismo Mata" y una pasividad desconcertante, que el pasado 25 de noviembre, día contra la violencia a las mujeres, se pudo ver una marcha de 250 personas en Santiago y otros números similares o más bajos en regiones, una bajísima campaña de la convocatoria en el marco de un cierre de campaña, de la que nadie se enteró más que los grupos feministas. A esta pasividad, si le sumamos el foro realizado por Humanas y la Red chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, al que invitaron a Felipe Harboe, subsecretario del Ministerio del Interior de gobierno, a hablar de violencia contra las mujeres, cuando es el mismo que impulsa la represión a los mapuche, sólo puede revelar confianza no sólo de la Corporación Humanas que expuso en el foro, sino de las organizaciones que en esta red se agrupan. Frente a esto, de pasar de un semestre con masivas marchas, a un semestre con pasividad, la Corporación Humanas si bien da cuenta en sus encuestas de la realidad, junto a estas dos grandes agrupaciones, dejan su confianza depositada en que Bachelet y el Parlamento, en que sólo hay políticos de la Concertación y la derecha (más ex concertacionistas de grupos igualmente patronales), den solución a estos problemas que encuentran un interés activo de mujeres y jóvenes en marchas, de trabajadoras y trabajadores en paros y demandas, y de una gran cantidad de la población.

Para comenzar a enfrentar esta situación y defender nuestros derechos e intereses, siendo las principales afectadas, las mujeres trabajadoras, pobres y estudiantes tenemos que organizarnos.

1) Es necesario luchar por terminar con la brecha salarial, por tener acceso a salas cuna y jardines infantiles pues con bajos sueldos no podemos pagar ningún servicio de este tipo. Las mujeres trabajadoras vivimos entre el trabajo doméstico del hogar y el trabajo remunerado y sin un lugar gratuito donde dejar los hijos para ser cuidados y educados, se hace casi imposible realizar esta doble jornada. Asimismo el posnatal debe ser un derecho, el derecho al trabajo seguro y estable, tenemos que enfrentar la subcontratación que nos tiene sobretodo a mujeres en puestos de trabajo precario. Para ellos hay que comenzar a luchar en nuestros lugares de trabajo junto a nuestros compañeros, sindicalizándonos.

2) Frente a la violencia y el femicidio, tenemos que exigir que los femicidas paguen las más altas culpas, pero el machismo y la violencia contra las mujeres no se puede controlar sino nos organizamos para disminuirla nosotras mismas y hacer efectivas las penas, sin ninguna confianza en la justicia patronal. Porque en los lugares de trabajo el acoso es pan de cada día, moneda de cambio de amenazas de despido y promesas de mejoras, para lo cual es necesario agruparnos en comisiones de mujeres independiente de la patronal junto a los sindicatos, para notificar los casos de acoso sexual. Las mujeres víctimas junto a las organizaciones de mujeres, sindicales, de la izquierda y minorías sexuales, deben hacer efectivas las penas.

3) El problema del aborto y los derechos reproductivos de las mujeres, debe ser enfrentado, debemos exigir anticonceptivos gratuitos libres y seguros y derecho al aborto legal, gratuito y seguro para toda mujer que lo requiera, porque la realidad obliga a 200.000 mujeres a abortar al año, sobretodo mujeres trabajadoras, pobladoras y jóvenes pobres, quedando con secuelas en el cuerpo, en la cárcel y algunas muertas, cifras que por la ilegalidad del aborto son desconocidas pero una realidad latente que todos sabemos que existe.

4) Tenemos que enfrentar estos problemas y todo tipo de discriminación por ser mujeres, las lesbianas somos discriminadas en los colegios y el trabajo, tratadas como enfermas por la sociedad y la misma familia, no hay derecho a concebirse como parejas y asumir la sexualidad libremente.

Para esto es necesario empezar a organizarnos, creemos que un feminismo anticapitalista sólo puede dar solución hasta el final, luchando hoy por los derechos e intereses de las mujeres que más sufrimos la opresión, como somos las trabajadoras junto a las pobres y jóvenes. Una agrupación así tenemos que levantarla para luchar independientemente de los partidos patronales, de la iglesia, del Estado de los empresarios y sus instituciones que en esta democracia para ricos, incluso con una mujer en el gobierno, nos somete a situaciones vida aberrantes. Tenemos que levantar un movimiento feminista anticapitalista, que hoy más que nunca se hace necesario para defender nuestros derechos e intereses, de la mano de nuestros aliados de la clase trabajadora, para enfrentar a nuestros opresores, explotadores y este sistema de dominación capitalista que sustenta en sus raíces nuestra situación. Hacemos un llamado a las mujeres trabajadoras, pobres y estudiantes a discutir levantar estos puntos y formar esta agrupación "Pan y Rosas. Teresa Flores".*


Claseygenero.blogspot.com
Genero.clase@gmail.com
Clase contra clase


*Pan y Rosas nace en Argentina en 2003, es nuestra agrupación hermana conformada por el PTS e independientes que agrupa hoy a cientos de trabajadoras, pobladoras y estudiantes.Teresa Flores fue la compañera de Recabarren, que dirigió los Centros Femeninos "Belén de Sárraga" que agrupaba a mujeres trabajadores del norte a principios del siglo XX, para dar cuenta y enfrentar su situación de trabajadoras y mujeres.

Costa Rica. Grave retroceso de una ley

27.11.2008

ARTÍCULO

Costa Rica. Grave retroceso de una ley

http://www.radiofeminista.net/

En el Día Internacional “No Más Violencia Contra las Mujeres”, miles de activistas contra la violencia sexista marcharon por las calles de San José para protestar por el fallo judicial que anuló dos artículos de la Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres.

Mujereshoy. Las participantes en la marcha, manifestaron que el fallo emitido en octubre de 2008 por mayoría de cuatro a siete magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), significa un grave retroceso porque deja en la indefensión a las mujeres costarricences. Los artículos anulados 25 y 26, penalizan la violencia física que no deja lesiones y la violencia psicológica. Según Ana Carcedo, una de las impulsoras de la Ley, su aprobación fue un gran avance para las mujeres. De ahí que el fallo de la Sala constituye un retroceso histórico que favorece la impunidad y deja desprotegidas a las mujeres. Recordó que el 80 por ciento de las denuncias por violencia acogidas por la nueva Ley, se sustentan en esos dos artículos. La Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres fue promulgada por el Presidente Oscar Arias, el 24 de mayo de 2007. Las distintas organizaciones feministas y del movimiento social de mujeres, consideraron un triunfo luego de más de diez años de movilizaciones y cabildeos para lograr su aprobación. En el marco de un reportaje especial sobre las nuevas leyes contra la violencia sexista, Mujeres Hoy conversó en mayo del año 2007 con Ana Carcedo sobre los alcances de la Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres.(Ver nota).

En esa oportunidad, Carcedo investigadora y docente universitaria, integrante del Centro Feminista de Información y Acción (CEFEMINA), destacó algunos aspectos de la Ley que para ella eran positivos y que el movimiento de mujeres considera que son un avance en la erradicación de la violencia sexista. “Es una Ley penal”, dijo en esa oportunidad, “y era necesaria porque las medidas de protección de la Ley Contra la Violencia Doméstica se quedan cortas para ciertos agresores. Es específica de violencia contra las mujeres, no es genéricamente neutra. Sanciona todas las formas de violencia física, psicológica, sexual y patrimonial e introduce tipología nueva sin paralelo o tiene cercanía con otros del Código Penal para ampliar la protección de derechos de las mujeres”. El cuestionado fallo de la Sala Constitucional ha logrado movilizar a cientos de mujeres y también a integrantes de movimientos y organizaciones sociales de Costa Rica, además de militantes de partidos políticos y autoridades de gobierno, como la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), Jeannette Carrillo, quien participó en la marcha de protesta. Carrillo dijo “No puede ser que esto deje ahora en indefensión a gran cantidad de mujeres. Lo que estamos planteando a la Sala Constitucional es que revise su decisión y la reconsidere”. El punto culminante de esta marcha fue el acto de repudio al fallo frente al edificio de la Sala Constitucional, donde las activistas recordaron a las 30 mujeres que fueron asesinadas por sus maridos y/o convivientes durante el año 2007.


Fuentes: Mujeres Hoy, Andrea Alvarado, Radio Internacional Feminista.