Viva el paro de los trabajadores y trabajadoras del sector público por el reajuste del 14,5% y todas sus demandas !!!
Las mujeres trabajadoras han planteado junto a sus compañeros del sector público demandas propias de sus derechos como mujeres trabajadoras en el petitorio. Esto es muy progresivo porque se plantean desde una perspectiva de la clase trabajadora, propuestas para dar solución a estas problemáticas como el derecho a guarderías infantiles, el derecho a recibir igual salario por el mismo trabajo, pues la brecha salarial afecta a las mujeres principalmente, pues ganamos un 30% menos de sueldo, asimismo el derecho a poder sindicalizarse, que es muy positivo porque plantea que las trabajadoras se integren a los sindicatos y les da una gran posibilidad de dar respuesta a sus problemas como mujeres con la unidad de los trabajadores y desde sus organizaciones sindicales.
En Chile tenemos una mujer presidenta, Bachelet, la que prometió antes de su mandato gobernar para las mujeres, los desposeídos y excluidos, pero que ha demostrado en los sustancial estos años de gobierno que era un gobierno más de la Concertación, que defiende los intereses de los empresarios, más allá de su condición de mujer. Esto se ha visto desde la defensa de las subvenciones con recursos estatales a los colegios privados, que son empresas, hasta la inyección de recursos a las pymes y bancos, mientras que ni la Concertación ni la derecha quieren otorgar el reajuste a los trabajadores y trabajadoras, queriendo sólo descargar la crisis en nuestros hombros. Mientras las AFP especulando en los mercados internacionales han hecho perder sus fondos previsionales a los trabajadores (en un 44% el fondo A).
Y el gobierno de Bachelet no sólo defiende los intereses de los empresarios, sino que además ha permitido el retroceso en derechos reproductivos, porque con el Fallo del Tribunal Constitucional, las mujeres ya no tenemos acceso libre y gratuito a las píldora del día después, lo que empobrece y hace más riesgosa nuestra situación de vida, cuando muchas mujeres recurren a métodos muy riesgosos para evitar embarazos. Y aunque fueron de la derecha los que llevaron adelante este retroceso, el gobierno de la Concertación no ha hecho más que aceptarlo sin más. Y esto sucede porque algo nos diferencia de Bachelet y las mujeres que gobiernan en el Parlamento; y es que ellas no viven las jornadas de trabajo como nosotras con bajos sueldos, no tienen que cargar con el trabajo doméstico después de una jornada laboral y no tienen problemas económicos para criar sus hijos. Y otros miles de problemas que las mujeres trabajadoras cargamos sobre nuestros hombros.
Las mujeres trabajadoras que pelean en el sector público por sus demandas de derechos de maternidad (y paternidad para sus compañeros), como el posnatal extendido a 6 meses con subsidio completo, o de cuidado infantil con guarderías y educación preescolar garantizada, deben seguir siendo llevadas adelante como demandas en la plataforma de las organizaciones de los trabajadores y trabajadoras por medio de sus métodos de lucha, que son el paro y la huelga. Esto es de mucha importancia, porque hoy cuando la crisis afecta más a los trabajadores y trabajadoras, querrán convencernos que nuestro rol en la sociedad es natural y que tendremos que aguantarnos como mujeres los bajos sueldos y el contrato flexible que acarreará la misma crisis, mientras los patrones se aprovechan de la desigualdad social hacia las mujeres para introducirnos al mundo laboral. Por ello es central que de la mano de nuestros compañeros trabajadores demos la lucha por nuestros derechos específicos como mujeres y trabajadoras, además hoy representamos cerca del 40,8% de la fuerza de trabajo en Chile, por lo que en la realidad somos parte relevante, casi la mitad de todos los trabajadores y por eso es necesario que integremos activamente los sindicatos para luchar desde aquí por nuestras demandas.
No será Bachelet ni ninguna otra mujer de los partidos patronales la que defienda nuestros derechos, sino que siguiendo el ejemplo de las trabajadoras del sector público debemos ser nosotras mismas junto a los trabajadores los que luchemos por estas demandas. Pero para hacer esto será necesario no confiar en ninguno de los patrones, ni en mesas de diálogo permanentes, como hoy ocurre con las direcciones oficiales de los trabajadores públicos (PS y PC). Ya la huelga de los trabajadores subcontratados o la propia Comisión Asesora Presidencial para la Calidad de la Educación demostraron que las mesas de diálogo son utilizadas por los políticos patronales, meramente para desviar nuestras luchas a los pasillos estériles de los edificios gubernamentales y el parlamento. Es necesario comenzar a impulsar un congreso de trabajadores públicos con delegados mandatados para que discutamos desde cada lugar de trabajo un pliego nacional. Y desde allí podremos determinar como, con los métodos de paro y lucha, conseguimos acabar con la inestabilidad laboral, la precarización, y las demandas que nos corresponden como mujeres trabajadoras. Es necesario comenzar a poner en pie una política independiente de la clase trabajadora, poniendo en pie un partido de trabajadoras y trabajadores revolucionario.
Por esto decimos que el género femenino nos une con otras mujeres, pero la clase nos divide de todas las que se sirven de nuestra situación, pues ni sus vidas ni sus intereses son como los nuestros y a veces hasta opuestos. Por esto, mientras luchamos contra el machismo y la desigualdad para todas las mujeres, al mismo tiempo creemos que la situación de nosotras las trabajadoras es distinta, porque cargamos con más tareas y desigualdades que el resto de las mujeres en todos los planos de la vida, tanto en el trabajo como en la casa que hacen difícil enfrentarlas.
Viva el paro de los trabajadores y trabajadoras del sector público por el reajuste del 14,5% y el cumplimiento de todas sus demandas
CLASE CONTRA CLASE
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