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TALLER DE GÉNERO Y CLASE 2009
Pan y Rosas ante el debate del aborto terapéutico...
Las compañeras de Pan y Rosas – Teresa Flores junto a Clase contra Clase, nos hicimos presentes este domingo 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, con una columna vistosa, con mucha energía y levantando la política de enfrentar la crisis que vienen descargando los patrones sobre las trabajadoras y trabajadores. Con más de 100 compañeras y compañeros, entre cantos y gritos, nos presentamos por primera vez un 8 de marzo, dando cuenta de la realidad de las mujeres trabajadoras y levantando un plan de lucha por el paro nacional contra los despidos y la precariedad laboral, que la crisis la paguen los patrones grandes, medianos y chicos, por la organización de las mujeres trabajadoras en comités de mujeres, para dar una respuesta contundente ante la realidad y comenzar a luchar por todas nuestras demandas.
Que vengamos levantando una agrupación de mujeres como Pan y Rosas – Teresa Flores es una gran conquista para Clase contra Clase, y como agrupación internacional junto a los compañeros del PTS y Pan y Rosas de Argentina, un gran paso en ir forjando la agrupación de las mujeres para luchar por nuestros derechos independiente de la patronal, los partidos patronales y el gobierno.
En el acto convocado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), dirigida por partidos como el PS y el PC, se nos negó el derecho a tener un lugar para hablar en el escenario, y la Coordinadora del 8 de Marzo, integrada por organizaciones de mujeres nos lo impidieron aludiendo a la organización del acto. Creemos que se corresponde con la confianza que vienen teniendo en el gobierno de la Concertación y dejar pasar de conjunto estas direcciones los despidos y atauqes patronales, y que se refleja en convocar junto a las mujeres de partidos patronales como del Partido Socialista y la Democracia Cristiana. Ante esto denunciamos el hecho y decimos que desde Pan y Rosas decimos que damos el inicio a nuestra actuación y lucha, que seguirá siendo por los derechos de las mujeres trabajadoras y nuestra liberación, dando una lucha clasista, anticapitalista y revolucionaria independiente de la patronal y el gobierno.
En nuestro país las cosas van de mal en peor para las mujeres trabajadoras y de los sectores populares. Ya han transcurrido varios años del gobierno de Bachelet, sobre el cual orbitaba muchas mujeres depositar su confianza y expectativas, pero sólo hemos recibido de su mano los golpes que la patronal ha dejado caer sobre el conjunto de la clase trabajadora y el pueblo pobre, los que hoy estamos pagando los costos de una crisis que ellos mismos generaron; con más de 150.000 despidos, flexibilización y rebajas en nuestros sueldos, dificultades para parar la olla, con alzas en los aranceles en nuestras universidades y en las de nuestros hijos, miserias que aumentarán a medida que la crisis avance este año sobre nuestras condiciones de vida.
No olvidemos tampoco la complicidad de la Concertación con la derecha, quienes en abril del año pasado atacaron nuevamente a las mujeres trabajadoras y pobres, quitándonos el derecho a la anticoncepción de emergencia, la Píldora del Día Después. Por otra parte, el Sernam que durante todo el año guarda silencio frente a todos los problemas concretos de las mujeres, hoy en los albores del ciclo electoral se acuerda del problema del femicidio y culpa a la Justicia, cuando lo único que a medias llevaron adelante fue una campaña que no resolvió en nada la situación de las cincuenta o sesenta mujeres que en promedio mueren en manos de sus brutales parejas. Las mujeres seguimos ganando menos que los hombres por el mismo trabajo, nos siguen despidiendo por estar embarazadas, discriminando si somos lesbianas y encarcelándonos si no teníamos otra opción que abortar de manera clandestina.
Así, ser mujer en el capitalismo implica por sí sola una condición de oprobio, ser mujer y trabajadora implica que sobre nuestros hombros pesan doble y triplemente las miserias exclusivas de una sociedad signada por la explotación, porque no sólo la patronal lucra con nuestra fuerza de trabajo asalariada, sino que se ahorran millonadas con el trabajo que gratuitamente ejercemos en nuestros hogares, todo gracias a los mitos milenarios sostenidos por la iglesia, ambos: patrones y curas se dan la mano diligentemente para mantener las cosas en su sitio y a nosotras crucificadas en el paredón de las miserias; así, en el mundo la pobreza adquiere rostro de mujer, la esclavitud se renueva con la trata de blancas, somos a nivel mundial trofeos de guerra de tropas imperialistas, cada 5 segundos una mujer en el mundo es golpeada y día a día 500 mujeres mueren por abortos clandestinos a nivel planetario. Sufrimos así la opresión por ser mujeres y la explotación de ser trabajadoras.
Frente a esto, la crisis viene a empeorar aun más nuestras condiciones de vida, nuestra condición de oprimidas le es útil a la patronal para proteger sus privilegios a costa de descargar su mayor peso sobre nuestras espaldas, porque si nos precarizan quedará invisibilizado en las retinas de las mayorías: a nadie le importará que trabajemos por sueldos mucho menores porque es “natural”, a nadie interesará que nos desvivamos para “parar una olla” (que cada día es más escuálida) porque es “natural”, a nadie importará que trabajemos 24 horas diarias entre trabajo asalariado y trabajo gratuito doméstico, porque es “natural”. Nosotras decimos que no es natural, que es conveniente para los ricos y dueños de este país y que, por lo tanto, es necesario dar una respuesta de conjunto de la clase trabajadora frente a los ataques, de manera de responder con un solo golpe a la patronal.
Este 8 de marzo se hace presente la CUT, principal órgano con el que cuenta la clase trabajadora para unificarse, sin embargo, vemos que hoy, a pesar del descontento general, tiene más peso la pasividad que el intento de unificación y de dar respuesta. Entonces nos preguntamos ¿no será, acaso, esta situación, el resultado de la continuación de las políticas que han estado llevando adelante las direcciones oficiales de la CUT, como dejar pasar más de 150.000 despidos y sólo llamar a una tibia jornada para defender el trabajo en marzo o abril? ¿Estaríamos, la clase trabajadora y las mujeres trabajadoras, igualmente de desmovilizadas y pasivas si pudiésemos superar a las direcciones que hoy (PC, PS) aliadas dirigen la CUT conteniendo nuestras fuerzas?
Por otra parte, el PC que codirige la CUT, más otras organizaciones políticas, convocan junto a las mujeres de la DC y del PS a marchar juntos este día: dos partidos patronales que son responsables junto a la derecha de los despidos y de la precariedad. ¿Podrán las trabajadoras y trabajadores, de la mano de estos políticos patronales, alcanzar sus reivindicaciones, como detener la cesantía? ¡No! Al contrario, no hay que depositar ninguna confianza en los políticos de los partidos patronales, que representan los intereses de los empresarios, y no los de las trabajadoras y trabajadores.
Tampoco estas direcciones de la CUT han preparado con suficiente tiempo la marcha, lo que revela una continuidad de su pasividad ante los despidos: ya han dejado correr más de 150.000. En política nada es casual, así como no es casual que el PC cada vez se acerque más a la Concertación con un pacto por omisión cuyo correlato práctico tal vez sea el querer “mantener las aguas quietas” en tiempos de crisis en los que se avecina un torbellino. Nosotras dejamos abierta la interrogante para el resto de trabajadoras, trabajadores, y mujeres que hoy se hacen presente de manera honesta y comprometida, pero nos aventuramos a tomar una posición y denunciar a estas direcciones que hoy nos contienen y que no han sabido dar ninguna respuesta real frente a los despidos y a nuestros problemas específicos como trabajadoras.
Por su lado el SINTRAC y diversos grupos como el MPMR convocan a una marcha paralela, sin proponerse actuar como alternativa a las direcciones conciliadoras de la CUT, del diálogo social, porque también han dejado pasar los despidos como en Costanera Center, no dicen nada alternativo sobre como enfrentar este ataque a las mujeres trabajadoras como la flexibilización, contribuyendo a dividir un 8 de marzo en dos variantes que no pueden dar una respuesta a las miles de mujeres que hoy vivimos las crisis, donde además, su convocatoria no representa ninguna política alternativa a la crisis capitalista en curso.
Desde Pan y Rosas Teresa Flores creemos que este día no debe ser un mero “saludo a la bandera” de la izquierda o un día más de la necesaria denuncia de las infamias de una sociedad capitalista y patriarcal, creemos que debe ser un día de lucha, no esperaremos que el gobierno de turno nos de soluciones que serán migajas o medidas parche. Creemos que es primordial plantearse cuales serán las perspectivas de una lucha que involucra al 40% de la clase trabajadora, en este período de crisis capitalista en el que seremos doblemente golpeadas, en un año en el que ocuparemos 8 de cada diez de los trabajos más precarizados, o bien, seremos, derechamente, despedidas. Más aun, desde nuestras filas sostenemos que debemos ser las mujeres las que tomemos en nuestras manos nuestras demandas, desde lo concerniente a la brecha salarial hasta la violencia en contra nuestra, no depositando ninguna confianza en las y los patrones: ni en los grandes, que nos despiden masivamente; ni en los pequeños, que no nos pagan imposiciones y nos tienen trabajando sin contrato, sin salud ni previsión, como la Conapyme que se reúne con la CUT para obtener los beneficios del gobierno y luego se reúne con los patrones agrupados en la CPC para precarizarnos aún más.
Ante este divisionismo y diálogo social con los políticos empresariales, las mujeres de “Pan y Rosas – Teresa Flores”, opinamos que las mujeres trabajadoras, junto a nuestros compañeros trabajadores, debemos marchar unitariamente el 8 de marzo, sin dividir fuerzas, lo que nos permite llegar en mejor terreno a las jornadas de movilizaciones y el paro de abril y comenzar a luchar por los derechos de nosotras como mujeres trabajadoras, con una política independiente de toda variante patronal.
¡Es urgente y necesario que no nos desentendamos de la CUT, que reúne a cientos de trabajadoras, y que, por el contrario, demos cuenta del actuar de sus direcciones! ¡Es urgente y necesario que hoy llamemos a una marcha unitaria por nuestros derechos, desenmascarando el rostro machista del capitalismo! ¡Es urgente que nos planteemos una política para defender los derechos de las trabajadoras y trabajadores sin depositar nuestra confianza en los políticos de la Concertación y menos la derecha, que sólo representan los intereses de los empresarios!
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Desde Pan y Rosas Teresa Flores, hacemos el llamado a una marcha unitaria con independencia de la patronal y hacemos un llamado a las mujeres que alcen sus voces junto a nosotras, tomando en nuestras manos nuestras demandas, tal como lo hicieron las obreras de 1912, que exigieron su derecho al pan, pero no se olvidaron de su derecho a las rosas.
Llamamos a todas las trabajadoras y las mujeres que acuerden con nuestro programa a luchar en común por esta política.
¡Únete a Pan y Rosas, Teresa Flores!
¡El género nos une, la clase nos divide!
Porque nuestros problemas son específicos, pero se enmarcan en el capitalismo
¡QUÉ LA CRISIS LA PAGUEN LOS PATRONES!¡POR IGUAL TRABAJO IGUAL SALARIO, ENFRENTEMOS LA FLEXIBILIZACIÓN LABORAL!¡NO MÁS DESPIDOS! ¡POR COMITÉS DE MUJERES EN SINDICATOS, LUGARES DE TRABAJO Y ESTUDIOS!¡A LEVENTAR COMITÉS PARA ORGANIZAR A LAS TRABAJADORAS Y POBRES!
ADEMÁS LUCHAMOS POR:
¡POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES TRAJADORAS, TRABAJO ESTABLE NO MÁS SUBCONTRATACIÓN!
¡NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, ENFRENTEMOS EL ABUSO LA DISCRIMINACIÓN Y EL MAL TRATO!
¡POR ANTICONCEPTIVOS LIBRES, GRATUITOS Y DE CALIDAD! ¡DERECHO AL ABORTO LEGAL, LIBRE Y GRATUITO!
¡POR LAS LIBERACIÓN DE LAS MUJERES DEL TRABAJO DOMÉSTICO Y LAS TAREAS RELEGADAS POR GÉNERO!
¡POR LOS DERECHOS LAS MINORÍAS SEXUALES (LESBIANAS Y BISEXUALES)!
¡SEPARACIÓN DE LA IGLESIA Y ESTADO. POR EDUCACIÓN SEXUAL SIN LA MORAL DE LA IGLESIA!
¡LUCHEMOS POR NUESTRA LIBERACIÓN, LUCHEMOS POR LA REVOLUCIÓN OBRERA Y SOCIALISTA, QUE PONDRÁ FIN A LOS GRILLETES DEL MACHISMO Y LA EXPLOTACIÓN!
Pongamos en pie una gran Agrupación de mujeres trabajadores, pobres y estudiantes para levantar estas banderas en todo lugar de trabajo, estudio y en todo el país.
Escríbenos a nuestro mail: panyrosastf@gmail.com
claseygenero.blogspot.com
PRONTO... WEB DE PAN Y ROSAS TERESA FLORES
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¿Por qué formamos
Pan y Rosas – Teresa Flores?
Las mujeres trabajadoras tenemos una larga tradición internacional de lucha. Desde las mujeres que lucharon en la huelga de “Pan y Rosas” en EEUU a principios del siglo XX por el aumento del salario y las mejoras en sus condiciones de vida, por el derecho al descanso dominical, lo que culminó con la reducción de la jornada de trabajo, el aumento de los salarios y reconocimientos de los sindicatos –sufriendo durante su lucha una fuerte represión policial y patronal- hasta las experiencias de las mujeres trabajadoras de la pampa salitrera en Chile, que comienzan a luchar a la par de sus compañeros, como parte de una clase obrera que emerge combativa ante los ataques de la patronal y comienza a luchar por sus derechos.
Destaca en esos años una importante dirigenta obrera, Teresa Flores, quien funda a inicios del siglo XX en el norte, centros de mujeres obreras llamados “frentes femeninos y anticlericales Belén de Sárraga”, organizaciones desde las que se cuestionan la situación de las mujeres trabajadoras y buscan luchar contra la explotación como trabajadoras cruzadas también con la situación de opresión que viven las mujeres, por el sólo hecho de serlo, que impulsa junto a Recabarren la sindicalización de las obreras y su incorporación a la FOCH.
¿Qué une a las obreras textiles de la huelga de “Pan y Rosas”, a las valientes mujeres del siglo XX que lucharon codo a codo con sus compañeros en la pampa con las mujeres trabajadoras del sector público que en la reciente huelga de este sector denunciaban en sus pancartas las “mujeres jefas de hogar no pueden esperar”? Nos une un cuestionamiento a nuestras condiciones de vida, al ataque patronal de precarización y el aprovechamiento que pesa sobre nuestra situación de tener que vender nuestra fuerza de trabajo y al mismo tiempo realizar las tareas domésticas naturalizadas porque somos mujeres y ese es nuestro “rol”. Nos une una lucha común contra este sistema capitalista patriarcal, luchando por nuestras demandas como clase trabajadora y como mujeres contra nuestra opresión.
Por eso desde “Pan y Rosas – Teresa Flores” recuperamos esta tradición y nos planteamos luchar por los derechos de las mujeres trabajadoras en unidad con las mujeres pobres y las oprimidas, para enfrentar los problemas que día a día nos aquejan, luchando al mismo tiempo contra las bases de este sistema capitalista que explota a miles de trabajadoras y trabajadores en el mundo y que mantiene opresiones como la patriarcal que pesa sobre nosotras para beneficio de los empresarios y capitalistas. Por eso nos planteamos una lucha anticapitalista, clasista y revolucionaria, independiente del Estado patronal, sus instituciones como la Iglesia y los partidos patronales, para luchar hasta el final por la revolución socialista encabezada por las trabajadoras y trabajadores en alianza con los oprimidos y sentar las bases de nuestra liberación.
Es necesario que comencemos a luchar para enfrentar la descarga que pesa sobre nosotras como mujeres trabajadoras, de trabajo precario y flexibilización, la doble jornada laboral y todos nuestros derechos laborales que no son respetados, donde los patrones empiezan a descargar además las consecuencias de la crisis económica sobre nuestros hombros. Enfrentamos también la violencia ejercida sobre nosotras, las agresiones sólo por ser mujeres y denunciamos el femicidio, para lo cual decimos que es necesario luchar por las más altas penas a estos agresores y la tipificación del femicidio, sin confiar en la justicia patronal ni en la policía de esta democracia para ricos, exigiendo estas penas y demandas bajo nuestra propia organización y lucha. También decimos que es necesario que luchemos contra la discriminación que vivimos a diario en nuestros lugares de trabajo y estudio, el acoso sexual y la específica discriminación que vivimos las lesbianas y bisexuales de parte de la Iglesia y el capitalismo, por no corresponder a las normas sexuales establecidas por este sistema, por eso luchamos por una educación sexual sin la moral de la Iglesia y por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado. Además decimos que frente a la realidad mundial de abortos clandestinos que dejan a miles de mujeres heridas, presas y hasta muertas no podemos quedarnos pasivos, es necesario luchar por la educación sexual en los colegios y establecimientos de salud, por anticonceptivos libres, gratuitos y de calidad para no abortar, como el derecho al aborto legal, libre y gratuito ante la necesidad de responder a esta realidad de miserias de no poder decidir por nuestros cuerpos y vidas.
Para llevar hasta el final todas estas demandas y la lucha por nuestra liberación como mujeres, luchamos además con una perspectiva anticapitalista, clasista y revolucionaria.
Si tienes acuerdo con esta política, te invitamos a formar “Pan y Rosas – Teresa Flores”, en tu lugar de trabajo y estudio.
Agrupación de Mujeres, “Pan y Rosas – Teresa Flores”, integrada por mujeres militantes trotskistas de Clase contra Clase y mujeres independientes.
8 de Marzo
Únete a Pan y Rosas - Teresa Flores!
Ante los despidos y el ataque patronal...
Las víctimas de la arremetida de Israel en Gaza son las mujeres, niñas y niños asesinados del pueblo trabajador y pobre pelestino
Al cumplirse casi un mes de la ocupación del Estado sionista sobre la Franja de Gaza, Pan y Rosas se movilizó, junto a otras organizaciones, a la Embajada de Israel, para denunciar la más perversa masacre que el Estado racista y colonialista israelí está descargando sobre el pueblo palestino.
Decenas de compañeras de Capital Federal y Gran Buenos Aires marcharon junto a Pan y Rosas encabezadas por una gran bandera que decía "Más de 6.000 víctimas civiles. 522 mujeres y niños/as asesinados/as. Estos son los "daños colaterales" del ataque de Israel contra Gaza. Por el triunfo de la resistencia palestina"
Desde Pan y Rosas reiteramos nuestro más enérgico repudio al ataque sionista al pueblo palestino y nos ubicamos en su misma trinchera de resistencia. Llamamos nuevamente a todas las mujeres a redoblar el apoyo a las y los habitantes de la Franja de Gaza, a exigir al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner la ruptura de las relaciones diplomáticas con el Estado asesino de Israel y a manifestarse en todo el planeta contra este brutal ataque.
Por el triunfo de la resistencia palestina!
Abajo la masacre sionista contra Gaza!
HISTORIAS DE LUCHA DE LAS MUJERES TRABAJADORAS...¿QUÉ FEMINISMO REIVINDICAMOS?...
Las primeras organizaciones obreras feministas
Género y clase, Clase contra clase
Ponencia debate: Las perspectivas de clase y género en la lucha de las mujeres
María Rojas
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A lo largo del siglo XIX y XX, el movimiento feminista pasó por diferentes etapas, corrientes y diversas agrupaciones en todo el mundo. Desde movimiento de mujeres, otros abiertamente feministas, algunos de obreras, de mujeres militantes, otros de sectores medios y altos, que revelan la diversidad de ideas y políticas de las mujeres en distintas épocas de la historia, su composición y el momento político.
El movimiento en sus dos grandes olas tuvo que dialogar con las principales corrientes políticas y estratégicas que planteaban la liberación de la humanidad y la transformación social. Desde la revolución francesa, el movimiento de mujeres tomó caminos crecientes hacia la conformación de movimiento político, tomando ideas radicalizadas del liberalismo, para plantear la lucha por la igualdad y el reconocimiento de la mujer como ciudadana; después pasó a construir sus teorías desde corrientes como el anarquismo, el socialismo utópico, el marxismo, que fueron desde perspectivas cuestionadotas del conjunto de la sociedad, cuestionando la naturalidad de la subordinación de las mujeres, el matrimonio, las desigualdades y pasando a explicar de fondo sus raíces, sobretodo éste último, el marxismo, al plantear una teoría para explicar los orígenes del sometimiento de las mujeres en la sociedad de clases, que lo planteó ligado a la existencia de la propiedad privada y la familia patriarcal.
Esta explicación de Engels, en su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, en la conocida frase “El primer antagonismo de clase aparecido en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre hombre y mujer en la monogamia, y la primera opresión de clase con la del sexo femenino por parte del masculino”, dio cuenta de la necesaria relación de las opresiones de clase y género. En este sentido, concuerda con la acumulación de experiencias que las clases empezaban a hacer en lucha por sus intereses en los albores del capitalismo, nuevo sistema de producción social y económico, porque el campesinado, pasaba la posta a la clase obrera, que comenzaba a incorporarse y nacer como clase. La burguesía que había cumplido un rol de progreso dejó de cumplirlo, y la expresión más dura fue que con el desarrollo de las fuerzas productivas, en que las mujeres y los niños se incorporaron como mano de obra precaria, teniendo que vender su fuerza de trabajo y someterse a las peores condiciones de vida.
La revolución francesa que había visto luchar a las mujeres codo a codo, desde las campesinas pobres, mujeres del pueblo hasta las señoras ilustradas, por el pan, la igualdad y la libertad, fueron separadas por las nuevas condiciones que impuso la realidad de la lucha de clases, que las separó en distintos lados de la barricada en la Comuna de París, cuando las mujeres y hombres de la clase obrera y el campesinado pobre, constituyen la primera experiencia de doble poder y gobierno obrero del mundo tras enfrentarse duramente al ejército de las potencias burguesas. Las mujeres de este acontecimiento fueron recordadas después como las petroleuses o incendiarias, mujeres tildadas de peligrosas que actuaron tomando las armas para enfrentarse a las del otro bando.
Desde estos acontecimientos, la unidad de las mujeres en la lucha por su emancipación, que había comenzado a constituirse como movimiento social y político, nunca más pudo estar planteada hasta el final. Desde aquí nunca más las mujeres pudieron defender hasta el final sus derechos y su emancipación sin distinguirse entre clases porque mientras unas luchaban por acceder a la propiedad privada y la educación, otras simplemente no accedieron a estos derechos y se vieron envueltas en condiciones de vida radicalmente distintas. No hablamos de que naciese una enemistad caprichosa entre las mujeres, sino del cambio concreto que significó para las mujeres ilustradas pasar a ser mujeres privilegiadas con derechos civiles, mientras las trabajadoras y las pobres tenían que cuestionar mucho más que un derecho político para plantear su emancipación, tenían que comenzar a enfrentar el capitalismo.
Los intereses de la clase obrera, opuestos a los de la burguesía, dividieron en concreto los intereses de las mujeres, aunque no dejara de existir la opresión cultural, material, económica que recae sobre las mujeres, ya de carácter milenaria. Pero esta opresión concretamente se transformó. Por lo tanto, si bien la opresión podía recorrer las diferentes clases sociales, la explotación dividía a las mujeres entre una y otra clase, haciendo diverger sus intereses.
El desarrollo, las crisis y las guerras del capitalismo durante el siglo XX, hicieron evidentes las diferencias y divisiones sociales de forma extrema. Los procesos más agudos, las revoluciones, echaron por tierra la estabilidad capitalista y pusieron realmente a prueba las estrategias de liberación de los oprimidos. Mientras la guerra dividió a las mujeres y al movimiento feminista, entre las oprimidas de una nación y las imperialistas de otra que la oprimió, las revoluciones, dividieron a las mujeres en clases sociales contrapuestas, dando cuenta estos acontecimientos agudamente de las contradicciones de la sociedad. La lucha por la liberación de las trabajadoras, las campesinas y pobres, junto a sus hermanos explotados y oprimidos, amenazaba poner fin al poder de la clase dominante y poner fin al poder tanto de mujeres como de hombres asentados en el poder capitalista. Muchas huelgas de mujeres, nos hacen recordar el carácter de clase de sus luchas, porque si bien el movimiento sufragista fue una lucha que convocó a todas las mujeres, las mujeres trabajadoras ya comenzaban a luchar por sus condiciones de vida en importante huelgas que nos recuerda el 8 de marzo. “acción organizada por mujeres obreras del siglo XIX como en el 8 de marzo de 1857, en Nueva York, las obreras de la fábrica textil pararon por la demanda contra las 12 horas de trabajo y los salarios miserables. En 1909, medio siglo más tarde, 140 jóvenes obreras murieron calcinadas en la fábrica textil donde trabajaban. En 1912, en la ciudad de Lawrence, en EEUU, la huelga conocida como "Pan y Rosas", culmina en un triunfo sindical tras la matanza de sus hijos por la policía. Una pancarta de las trabajadoras, se dice, llevaba la consigna "queremos el pan pero también queremos las rosas". La mismísima revolución rusa, unos años más tarde, en febrero, en que es el 8 de marzo, es comenzada por las movilizaciones de las mujeres trabajadoras en huelga. Estas experiencias nos plantean el carácter de la lucha de las mujeres, que cruzó el género y la clase.
Desdeñar hoy las experiencias de la historia es de una profunda ceguera. Hoy mientras una nueva crisis económica internacional en curso, golpea en todo el mundo con diferentes magnitudes, comienza nuevamente a poner en jaque la estabilidad capitalista y sacar a flote contradicciones importantes como es la supuesta naturalidad del capitalismo como sistema social, que los Estados democráticos hagan patente su carácter de clase, burgués, al poner grandes sumas en los bolsillos de los empresarios evitando sus quiebras. Y pone en discusión al neoliberalismo como modo de ordenamiento de la economía capitalista, lo que abre perspectivas para potenciar crisis políticas y sociales, y permea las conciencias de las masas con la experiencia concreta de sus efectos y consecuencias. Comienza a abrirse terreno una vez más para que quede demostrado que la clase dominante manda para sí y los que gobiernan sus intereses lo demuestran, al salvar la estabilidad y sus ganancias, que están en primer orden de prioridad y que las más golpeadas con la cesantía y la miseria dentro de la clase trabajadora y el pueblo pobre, volvemos a ser las mujeres.
Desde los 70` con una oleada de procesos revolucionarios en todo el mundo y la segunda ola del movimiento feminista, en que hombres y mujeres de la clase trabajadora y el pueblo pobre dieron todo de sí, no hemos tenido tras la derrota, más que 30 años de ofensiva neoliberal, con dictaduras en Latinoamérica y una ofensiva neoliberal contra la clase obrera, que dieron nuevos aires al capitalismo. En los 80 y 90, si bien las mujeres se organizaron en movimientos por los derechos humanos y contra la dictadura, la coptación como método de regeneración de los regimenes, fue multiplicada en todo el continente. En el movimiento feminista se produjo también la fragmentación del movimiento social y las corrientes que en los 70` fueron hegemónicas, sucumbieron junto a las organizaciones que le dieron sustento. En los 80` el desarrollo de las ONG, con la inversión del imperialismo y los organismos internacionales, fueron ocupando el terreno que se abrió, para apoyar a los Estados democráticos que comenzaban a gobernar. El feminismo se dividió entre las autónomas de las instituciones y las institucionalizadas, con viejas militantes y las surgidas estos años, que tuvieron que adaptarse a la nueva situación, tras la pérdida de hilos de continuidad con los 70`. Los encuentros de mujeres feministas las reencontraron, sobretodo el del 81`, que realizó discusiones sobre como se encontraba el movimiento feminista, acordando retomar la actividad pero sobre bases fragmentadas y múltiples estrategias. Toda la estrategia del movimiento feminista se vio sumergida en el posibilismo de la nueva situación y las expectativas que abría el desarrollo de la democracia. Cualquier planteamiento que desconociera las acciones de la democracia o pusiera en duda su legitimidad, parecía situado en un contexto del pasado ya enterrado y tristemente borrado. Las feministas autonomistas que habían continuado la lucha social, trataron de resistir pero muchas de ellas se adaptaron a una liberación creativa e individual en los marcos del capitalismo, apostando al cambio de conciencia y dejaron de luchar directamente contra el Estado y sus instituciones, por fuerza de la derrota y la adaptación. Muchos otros feminismos volvieron a revalorizar lo femenino y abandonar las teorías que cuestionaban el papel de la mujer en la sociedad, replantearse el feminismo y comenzar una fragmentación por la diferencia que se reivindicó para la lucha de cada cual y que se hizo excluyente. Hoy desde las teorías posmodernas se plantea que el género está en crisis.
Y aunque muchas discusiones continúan abiertas dentro del movimiento feminista y también viejos debates, la historia nos enseña a no olvidar las experiencias del pasado, no para mantenerlas como bellas imágenes de un pasado mejor, sin más, sino para mirar el presente y explicar sus huellas. Hoy nos encontramos con un movimiento de mujeres casi inexistente, pero las mujeres en ciertos países se han ido integrando a la lucha junto a otros movimientos sociales, en los procesos de transformación profunda ocurridos estos últimos años, como en Bolivia, Venezuela, Argentina, en que tras la caída de gobiernos neoliberales barridos por la acción de las masas, han asumido gobiernos progresistas que con un discurso antiimperialista y de humanización del capitalismo, han tomado las expectativas de la clase trabajadora y el pueblo pobre, entre ellos las mujeres, para poder sostener la estabilidad. Muchas promesas dio el gobierno de Chávez a las mujeres, pero aunque no se ha conquistado el derecho al aborto, algunas feministas autonomistas han proclamado el chavismo como su bandera de lucha y la estrategia gradual la vía de obtener cambios. La integración de campesinas y mujeres indígenas en Bolivia, no trajo cambios sustanciales en los niveles de vida de las mujeres trabajadoras y pobres, ni nada sustancial como avance sus derechos. Tabaré Vásquez, ha vetado la ley del derecho al aborto, dos veces votada y ganada en el parlamento, negando este derecho a miles de mujeres de Uruguay y demostrando con claridad los grandes límites de los gobiernos progresistas, también serviles al capitalismo y la democracia de los ricos que gobierna para sus intereses. En Chile, Bachelet que concentró las expectativas de muchas mujeres, oprimidos y excluidos, ha demostrado gobernar para los empresarios cuando otorga sumas importantes a los empresarios para salvar sus ganancias. Mientras la “píldora del día después” fue usurpada por la derecha y la iglesia, a las que la concertación se subordina, siguen muriendo mujeres por violencia machista y femicidio, siguen quedando mujeres enfermas por aborto clandestino, se sigue discriminando y reprimiendo a todo el que lucha. Bachelet demostró no defender nuestros intereses.
Los puestos de poder en cargos de la democracia para ricos o el imperialismo, conquistados por mujeres en todo el mundo, no sólo revelan que son mujeres que se contraponen a nuestros intereses por estar a favor de los intereses de los capitalistas. Sino que además, que estas mismas mujeres forman parte junto a otras, de una clase que defiende su poder a través de la mantención de las peores condiciones de vida para miles de trabajadores y trabajadoras en el mundo y mantiene sumidos en la pobreza, a 1300 millones de pobres de los que el 70% somos mujeres. Nada tienen en común Hillary Clinton, Condolezza Rice, Bachelet con las mujeres trabajadoras que ganan menos del sueldo mínimo, nada tienen en común las mujeres que son soldados de las tropas de EEUU, que asesinan y torturan a otras mujeres palestinas y árabes en Irak y Gaza. Las mujeres no somos todas iguales, y aunque todas vivamos descalificaciones diarias por ser mujeres, no hay intereses compartidos con las que se benefician de nuestra opresión y explotación, las que viven y mantienen su lugar con la usurpación de nuestro trabajo y la mantención de nuestra miseria.
Por eso decimos que mientras exista este sistema de opresión y explotación de miles de seres humanos para beneficio de un puñado de capitalistas, es necesario plantearse la lucha por la emancipación de nuestras cadenas, apostando por una estrategia que plantee la superación y el fin de este sistema irracional que es el capitalismo. Las mujeres trabajadoras, parte de la clase trabajadora que mueve esta sociedad, las mujeres pobres y estudiantes, que nos vemos perjudicadas y oprimidas por este sistema de forma brutal, no podemos sólo apostar a cambiar una u otra ley de los gobiernos de la democracia para ricos, tenemos que plantearnos nuestra emancipación total. Como en la historia del movimiento de mujeres y feminista, han existido muchas corrientes y estrategias de emancipación, pero muchas de ellas probadas también en acontecimientos importantes, es que no podemos ser ilusos en creer que ya no son efectivas porque pasaron de moda o porque alguien dijo que el capitalismo se había vuelto un sistema eterno e invencible. Todos los días el capitalismo demuestra sus miserias y el mismo reproduce las condiciones de su muerte, para las tareas que nos convocan, es necesario observar la realidad para saber que el patriarcado se ha adaptado al capitalismo de forma excepcional, porque el trabajo doméstico realizado por las mujeres milenariamente, hoy sigue siendo realizado por las mujeres, pero sobretodo por las trabajadoras y mujeres pobres con lo que el Estado y los patrones se ahorran entre un 35 y 55% del producto interno bruto de los países, mientras las que pueden pagarlo como servicio se liberan de él.
Por eso nuestra estrategia de emancipación debe apuntar a terminar con el capitalismo y cuestionarlo desde hoy desde las más mínimas situaciones defendiendo nuestros derechos, planteándonos como horizonte la lucha por la emancipación social a través de la revolución socialista para sentar las bases de nuestra liberación. Porque, ¿será acaso posible nuestra emancipación si no terminamos con este sistema capitalista que reproduce nuestra opresión y explota a miles de mujeres y hombres? Es posible que en los marcos de la democracia para ricos sea suficiente con la denuncia o la profundización de una democracia marcadamente a favor de la clase dominante? Es que acaso la opresión de las mujeres trabajadoras y pobres no tiene un rostro marcadamente capitalista y la alianza del patriarcado y el capitalismo se ha hecho indisoluble?
Todas estas preguntas las abrimos, porque es necesario un debate del movimiento de mujeres, feminista y de la izquierda, para pensar que estrategias son necesarias hoy cuando el capitalismo vuelve a presentar crisis y guerras, y procesos de lucha de clases que dejan claro que no será de forma pacífica nuestra emancipación. Dejamos hoy estas preguntas abiertas para la discusión con las feministas autónomas y anarquistas que también luchan por los derechos de las mujeres.
Nosotras creemos que toda lucha por una reforma parcial nos deja con miles de otras situaciones sin cuestionar y con una idea ilusoria de que gradualmente se puede transformar el capitalismo, cuando es necesaria la transformación radical de las relaciones sociales que nos someten a las mujeres y eso es tocando las bases que las sustentan. Hoy viejas estrategias se tiñen de nuevos conceptos e ideas que no hacen más que encerrar una profunda adaptación y confianza en la paz social y en los acuerdos entre las clases radicalmente opuestas. No es posible salirse de las relaciones sociales o cambiar nuestra situación sólo cambiando nuestras conciencias, porque un cambio de conciencia no cambia las relaciones sociales de conjunto que nos afectan, es necesario que de denunciar nos planteemos nuestra emancipación hasta el final. Por eso hemos dado paso a la conformación de una agrupación de mujeres que luche por los derechos de las mujeres trabajadoras, conformada por trabajadoras y estudiantes que vivimos las miserias a las que estamos condenadas. Desde Pan y Rosas – Teresa Flores, creemos que esta lucha debe plantearse desde el derecho al aborto y anticonceptivos libres, legales y gratuitos, y al mismo tiempo la eliminación del trabajo doméstico como tarea de mujeres, para avanzar a la socialización total de estas tareas que recaen sobre nosotras. Estas ideas que son parte de nuestro programa de esta agrupación que levantamos con una perspectiva anticapitalista, clasista y revolucionaria.
*Ponencia presentada en Escuela del Fel, Enero de 2009, en debate con Victoria Aldunate de memoria Feminista
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María Rojas
Para hablar de la sexualidad hoy, tenemos en mente rápidamente algunas cuestiones: cuerpos, riesgos, placer, etc. Ya no va más el sexo exclusivo al interior del matrimonio, el sexo como algo intocable y la virginidad odiosa antes de casarse. Hoy las relaciones sexuales son mucho más libres, improvisadas, efímeras. Y aunque cualquier especialista en sexualidad hoy podría decir que las mujeres jóvenes y adolescentes tenemos derecho a decidir, hacernos cargo, experimentar, lo cierto es que aún hay situaciones en que seguimos sometidas a decisiones de otros.
Basta hablar del embarazo adolescente, de la "primera vez" forzada y del pololeo violento. Basta hablar de la discriminación a las niñas y mujeres lesbianas y de la dificultad para poder asumirse homosexual en una sociedad que te trata de enferma o animal. Y aunque las mujeres jóvenes podemos hoy tener mayor libertad para tener situaciones que den espacio a relaciones sexuales y poder relacionarnos de más igual a igual, eso no excluye que muchas sigan teniendo que quedar embarazadas para saber que podía suceder de esa forma, tengan que infectarse de algo, para entender que no hay medios anticonceptivos y de protección a disposición y tengan que abortar con algún método desagradable para desviar un camino que se convierte en inevitable para las mujeres en ese momento. El sexo se vuelve algo a que nos siguen privando.
PAN Y ROSAS - TERESA FLORES