HISTORIAS DE LUCHA DE LAS MUJERES TRABAJADORAS...¿QUÉ FEMINISMO REIVINDICAMOS?...


Reproducimos esta nota realizada por una compañera hace 2 años...



Las primeras organizaciones obreras feministas

parte del Boletín nº3
Género y clase, Clase contra clase





Los inicios del siglo XX marcan la época de la organización de la clase obrera chilena. Es una época heroica, llena de luchas, experiencias y organización. Donde se forma la conciencia de clase de la clase obrera, donde nacen sus primeros partidos y organizaciones sindicales y políticas, como las Mancomunales, la Federación Obrera de Chile, en 1909 o la fundación del Partido Obrero Socialista en 1912. Es también una época de brutalidad en la explotación patronal, y de la complicidad del Estado con sus instituciones, como las Fuerzas Armadas o la justicia patronal a su servicio, graficado trágicamente en las grandes matanzas obreras que se provocan por estos años, como la matanza de Santa María de Iquique, episodio funesto para la clase obrera que es reflejada en la Cantata Santa María de Iquique:



“Murieron/ tres mil seiscientos,/ uno tras otro.

/Tres mil seiscientos mataron, /uno tras otro.

La Escuela Santa María/ vio sangre obrera,/ la sangre que conocía/ sólo miseria.

Serían/ tres mil seiscientos/ ensordecidos./

Y fueron tres mil seiscientos/ enmudecidos

La Escuela Santa María/ fue el exterminio,/ de vida que se moría/ sólo alarido.

Tres mil seiscientas miradas/ que se apagaron./

Tres mil seiscientos obreros/ asesinados.”



Con la matanza de Santa María, se cierra un capítulo de ascenso de la clase obrera chilena, que durante un tiempo va a encontrarse en retirada, recuperando sus fuerzas de la derrota. La experiencia no va a se en vano. Un par de años después, nuevamente retomaría su organización y su lucha, lo que se expresaría claramente, por ejemplo, en el nacimiento de la Federación Obrera de Chile en el año 1909, y que en el año 1920 daría un giro fundamental bajo la dirección de Luis Emilio Recabarren, quién a su vez fundaría en 1912 el Partido Obrero Socialista, buscando que la clase obrera contara con su propio instrumento político, y que a pesar de las limitaciones de su programa, que era más bien clasista y de defensa de los derechos obreros, fue una importante herramienta para los trabajadores.Esta primera etapa del movimiento obrero chileno, que dura hasta aproximadamente 1907, encuentra una clase obrera que enfrenta la ferocidad patronal, con la superexplotación laboral y la enorme represión, lo que lleva a que se consolide una conciencia de clases clasista y combativa. Los trabajadores se arman de organizaciones de lucha y combate, solidarias y activas. Desde mediados de 1800 hasta fines de siglo, se organizan Sociedades de Socorros Mutuos, que agrupaban básicamente a artesanos, obreros y empleados, hasta llegar a convertirse en federaciones provinciales y nacionales, aunque más tarde derivaron hacia planteamientos de reformar el capitalismo, ligándose al partido Democrático chileno, luego, surgirán las Mutuales y las Sociedades de Resistencia, con una orientación más visiblemente anticapitalista.


Clase y género: surgimiento de las primeras organizaciones obreras femeninas


Tal como en muchos otros lugares, el capitalismo en nuestro país utilizó el trabajo femenino e infantil para su provecho. La superexplotación, precariedad y bajos salarios, junto a la falta de derechos laborales y la baja calificación del trabajo, fueron una constante. Ya a mediados de 1800 había una importante cantidad de fuerza de trabajo femenina en actividades como lavandería, costureras, sirvientas, etc., y hacia fines del siglo XIX, comienzan a ubicarse en el naciente sector fabril. Las ramas más importantes en que se fue concentrando el trabajo femenino fueron la industria textil y la confección.La primera institución de trabajadoras que surge en Chile, está asociada al mutualismo: la Sociedad de Obreras de Valparaíso, fundada el 13 de noviembre de 1887 por las costureras del taller “Casa Gunter”. La sociedad abría sus puertas a las obreras de la industria y el servicio y se encuentra presidida por la joven obrera Micaela Cáceres de Gamboa. Tomaba como modelo las sociedades de obreros existentes hasta el momento. La iglesia reaccionó con pavor ante la noticia, más aún al enterarse de que la sociedad prohibía tratar cuestiones religiosas en su interior, por lo que organizó, a su vez, “una Sociedad Católica de Obreras para que compitiera con la entidad femenina laica.” Cuando al año siguiente se funda la Liga de Sociedades Obreras de Valparaíso, esta organización femenina de obreras va a ser una de las quince que la impulsen y compongan, siendo una de sus integrantes miembro de la directiva.


El ejemplo de las obreras costureras de Valparaíso comenzó rápidamente a extenderse: en diciembre de 1887 las obreras de la confección en la ciudad de Santiago constituyen también una Sociedad de socorros mutuos, en 1888, se funda la Sociedad de Socorros Mutuos “Emancipación de la Mujer”, Juana Roldán Escobar, una de sus principales dirigentes, fue una luchadora incansable por los derechos de los trabajadores y de la mujer, participando en la formación de un sinnúmero de sociedades y confederaciones, estimulando la participación de las obreras, la educación y la defensa de sus derechos.


De aquí en más, en diferentes puntos del país se van estableciendo organizaciones de obreras, como en 1889 en Concepción, la Sociedad Ilustración de la Mujer. De aquí en adelante, veremos el recorrido de las sociedades mutualistas, hacia las organizaciones más claramente sindicales, como los gremios y sindicatos. Una característica que marca el inicio de estas organizaciones, es que están ligadas a los problemas más generales de la clase obrera e intentan, tendencialmente, unir los temas de la mujer y el género, enfocados desde una perspectiva social más general: la lucha contra “el fanatismo religioso”, la “opresión masculina” y, especialmente, darle una conciencia clara sobre su responsabilidad social . De todas maneras, el aspecto central es la lucha por los derechos de las trabajadoras, “sus reivindicaciones: disminución de la jornada de trabajo, contra la explotación. Sin embargo, desde temprano, se manifiesta o subyace la protesta por la condición de subordinación sexual”


Después de las primeras sociedades de socorros mutuos, comienzan a desplegarse las Mancomunales. Estas manifiestan que “la mujer tiene derecho a solicitar su incorporación” . Las mancomunales tienden a incorporar la denuncia más económica, la opresión y explotación del capital, y a abogar por la unidad de los trabajadores. Eran la expresión de la combatividad de la clase obrera chilena. En 1903 nace en Valparaíso la Federación Cosmopolita de Obreras en Resistencia, que integra a costureras y obreras del calzado, que aboga por “la unión, el ahorro, el mejor y justo salario” y por la “emancipación y engrandecimiento de nuestro sexo” . Más tarde, la Federación va a pasar a integrar la Confederación de Trabajadores de Chile. Su presidenta, Clotilde Ibaceta.


A comienzos del siglo XX, nacen en Santiago los gremios de mujeres. En 1906 ve la luz la Asociación de Costureras “Protección, Ahorro y Defensa”, integrada por cien socias. Su presidenta, Esther Valdés de Díaz, es una destacada obrera “corpiñera”. Según sus propias palabras “concluyó que con su trabajo el patrón ganaba el triple de lo que ella recibía como salario y su espíritu se sublevó”. La Asociación luchaba por reglamentar las horas de trabajo, salario justo, descanso dominical, formar una biblioteca, instrucción de las obreras, entre otros puntos. La Asociación denuncia los brutales ritmos de trabajo, en el que las obreras debían trabajar turnos de hasta doce y catorce horas, y el abuso patronal, por el que un retraso en las horas de entrada o en la confección de alguna prenda, significaba el descuento de hasta una décima parte de su salario. Es por ello que se propone que la Asociación permita “defenderse del enemigo común: el Capital” y conocer “otro mundo, el de la instrucción”. Sólo en dos años, 1907 y 1908, surgen por lo menos unos veintidós sindicatos de obreras.


Más adelante, surgirán periódicos obreros feministas, que luchan también contra la explotación patronal y por los derechos de la mujer trabajadora.


Son estas primeras experiencias, las que van a ligar los problemas de la explotación de clase y los problemas de la opresión de género, en el que muchas y destacadas obreras y mujeres en general, van a comenzar a luchar por transformar sus condiciones de existencia. Experiencias que van a continuar en diferentes momentos de la historia de nuestro país, y que necesitamos retomar en la actualidad. Porque la explotación patronal y la opresión de género van de la mano, es necesario organizarse y luchar contra ella.


¡Basta de explotación patronal!

¡Basta de opresión y abuso contra la mujer!

El género nos une, la clase nos divide



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Ponencia debate: Las perspectivas de clase y género en la lucha de las mujeres

Las perspectivas de clase y género en la lucha de las mujeres*


María Rojas
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A lo largo del siglo XIX y XX, el movimiento feminista pasó por diferentes etapas, corrientes y diversas agrupaciones en todo el mundo. Desde movimiento de mujeres, otros abiertamente feministas, algunos de obreras, de mujeres militantes, otros de sectores medios y altos, que revelan la diversidad de ideas y políticas de las mujeres en distintas épocas de la historia, su composición y el momento político.

El movimiento en sus dos grandes olas tuvo que dialogar con las principales corrientes políticas y estratégicas que planteaban la liberación de la humanidad y la transformación social. Desde la revolución francesa, el movimiento de mujeres tomó caminos crecientes hacia la conformación de movimiento político, tomando ideas radicalizadas del liberalismo, para plantear la lucha por la igualdad y el reconocimiento de la mujer como ciudadana; después pasó a construir sus teorías desde corrientes como el anarquismo, el socialismo utópico, el marxismo, que fueron desde perspectivas cuestionadotas del conjunto de la sociedad, cuestionando la naturalidad de la subordinación de las mujeres, el matrimonio, las desigualdades y pasando a explicar de fondo sus raíces, sobretodo éste último, el marxismo, al plantear una teoría para explicar los orígenes del sometimiento de las mujeres en la sociedad de clases, que lo planteó ligado a la existencia de la propiedad privada y la familia patriarcal.

Esta explicación de Engels, en su obra El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, en la conocida frase “El primer antagonismo de clase aparecido en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre hombre y mujer en la monogamia, y la primera opresión de clase con la del sexo femenino por parte del masculino”, dio cuenta de la necesaria relación de las opresiones de clase y género. En este sentido, concuerda con la acumulación de experiencias que las clases empezaban a hacer en lucha por sus intereses en los albores del capitalismo, nuevo sistema de producción social y económico, porque el campesinado, pasaba la posta a la clase obrera, que comenzaba a incorporarse y nacer como clase. La burguesía que había cumplido un rol de progreso dejó de cumplirlo, y la expresión más dura fue que con el desarrollo de las fuerzas productivas, en que las mujeres y los niños se incorporaron como mano de obra precaria, teniendo que vender su fuerza de trabajo y someterse a las peores condiciones de vida.

La revolución francesa que había visto luchar a las mujeres codo a codo, desde las campesinas pobres, mujeres del pueblo hasta las señoras ilustradas, por el pan, la igualdad y la libertad, fueron separadas por las nuevas condiciones que impuso la realidad de la lucha de clases, que las separó en distintos lados de la barricada en la Comuna de París, cuando las mujeres y hombres de la clase obrera y el campesinado pobre, constituyen la primera experiencia de doble poder y gobierno obrero del mundo tras enfrentarse duramente al ejército de las potencias burguesas. Las mujeres de este acontecimiento fueron recordadas después como las petroleuses o incendiarias, mujeres tildadas de peligrosas que actuaron tomando las armas para enfrentarse a las del otro bando.

Desde estos acontecimientos, la unidad de las mujeres en la lucha por su emancipación, que había comenzado a constituirse como movimiento social y político, nunca más pudo estar planteada hasta el final. Desde aquí nunca más las mujeres pudieron defender hasta el final sus derechos y su emancipación sin distinguirse entre clases porque mientras unas luchaban por acceder a la propiedad privada y la educación, otras simplemente no accedieron a estos derechos y se vieron envueltas en condiciones de vida radicalmente distintas. No hablamos de que naciese una enemistad caprichosa entre las mujeres, sino del cambio concreto que significó para las mujeres ilustradas pasar a ser mujeres privilegiadas con derechos civiles, mientras las trabajadoras y las pobres tenían que cuestionar mucho más que un derecho político para plantear su emancipación, tenían que comenzar a enfrentar el capitalismo.

Los intereses de la clase obrera, opuestos a los de la burguesía, dividieron en concreto los intereses de las mujeres, aunque no dejara de existir la opresión cultural, material, económica que recae sobre las mujeres, ya de carácter milenaria. Pero esta opresión concretamente se transformó. Por lo tanto, si bien la opresión podía recorrer las diferentes clases sociales, la explotación dividía a las mujeres entre una y otra clase, haciendo diverger sus intereses.

El desarrollo, las crisis y las guerras del capitalismo durante el siglo XX, hicieron evidentes las diferencias y divisiones sociales de forma extrema. Los procesos más agudos, las revoluciones, echaron por tierra la estabilidad capitalista y pusieron realmente a prueba las estrategias de liberación de los oprimidos. Mientras la guerra dividió a las mujeres y al movimiento feminista, entre las oprimidas de una nación y las imperialistas de otra que la oprimió, las revoluciones, dividieron a las mujeres en clases sociales contrapuestas, dando cuenta estos acontecimientos agudamente de las contradicciones de la sociedad. La lucha por la liberación de las trabajadoras, las campesinas y pobres, junto a sus hermanos explotados y oprimidos, amenazaba poner fin al poder de la clase dominante y poner fin al poder tanto de mujeres como de hombres asentados en el poder capitalista. Muchas huelgas de mujeres, nos hacen recordar el carácter de clase de sus luchas, porque si bien el movimiento sufragista fue una lucha que convocó a todas las mujeres, las mujeres trabajadoras ya comenzaban a luchar por sus condiciones de vida en importante huelgas que nos recuerda el 8 de marzo. “acción organizada por mujeres obreras del siglo XIX como en el 8 de marzo de 1857, en Nueva York, las obreras de la fábrica textil pararon por la demanda contra las 12 horas de trabajo y los salarios miserables. En 1909, medio siglo más tarde, 140 jóvenes obreras murieron calcinadas en la fábrica textil donde trabajaban. En 1912, en la ciudad de Lawrence, en EEUU, la huelga conocida como "Pan y Rosas", culmina en un triunfo sindical tras la matanza de sus hijos por la policía. Una pancarta de las trabajadoras, se dice, llevaba la consigna "queremos el pan pero también queremos las rosas". La mismísima revolución rusa, unos años más tarde, en febrero, en que es el 8 de marzo, es comenzada por las movilizaciones de las mujeres trabajadoras en huelga. Estas experiencias nos plantean el carácter de la lucha de las mujeres, que cruzó el género y la clase.

Desdeñar hoy las experiencias de la historia es de una profunda ceguera. Hoy mientras una nueva crisis económica internacional en curso, golpea en todo el mundo con diferentes magnitudes, comienza nuevamente a poner en jaque la estabilidad capitalista y sacar a flote contradicciones importantes como es la supuesta naturalidad del capitalismo como sistema social, que los Estados democráticos hagan patente su carácter de clase, burgués, al poner grandes sumas en los bolsillos de los empresarios evitando sus quiebras. Y pone en discusión al neoliberalismo como modo de ordenamiento de la economía capitalista, lo que abre perspectivas para potenciar crisis políticas y sociales, y permea las conciencias de las masas con la experiencia concreta de sus efectos y consecuencias. Comienza a abrirse terreno una vez más para que quede demostrado que la clase dominante manda para sí y los que gobiernan sus intereses lo demuestran, al salvar la estabilidad y sus ganancias, que están en primer orden de prioridad y que las más golpeadas con la cesantía y la miseria dentro de la clase trabajadora y el pueblo pobre, volvemos a ser las mujeres.

Desde los 70` con una oleada de procesos revolucionarios en todo el mundo y la segunda ola del movimiento feminista, en que hombres y mujeres de la clase trabajadora y el pueblo pobre dieron todo de sí, no hemos tenido tras la derrota, más que 30 años de ofensiva neoliberal, con dictaduras en Latinoamérica y una ofensiva neoliberal contra la clase obrera, que dieron nuevos aires al capitalismo. En los 80 y 90, si bien las mujeres se organizaron en movimientos por los derechos humanos y contra la dictadura, la coptación como método de regeneración de los regimenes, fue multiplicada en todo el continente. En el movimiento feminista se produjo también la fragmentación del movimiento social y las corrientes que en los 70` fueron hegemónicas, sucumbieron junto a las organizaciones que le dieron sustento. En los 80` el desarrollo de las ONG, con la inversión del imperialismo y los organismos internacionales, fueron ocupando el terreno que se abrió, para apoyar a los Estados democráticos que comenzaban a gobernar. El feminismo se dividió entre las autónomas de las instituciones y las institucionalizadas, con viejas militantes y las surgidas estos años, que tuvieron que adaptarse a la nueva situación, tras la pérdida de hilos de continuidad con los 70`. Los encuentros de mujeres feministas las reencontraron, sobretodo el del 81`, que realizó discusiones sobre como se encontraba el movimiento feminista, acordando retomar la actividad pero sobre bases fragmentadas y múltiples estrategias. Toda la estrategia del movimiento feminista se vio sumergida en el posibilismo de la nueva situación y las expectativas que abría el desarrollo de la democracia. Cualquier planteamiento que desconociera las acciones de la democracia o pusiera en duda su legitimidad, parecía situado en un contexto del pasado ya enterrado y tristemente borrado. Las feministas autonomistas que habían continuado la lucha social, trataron de resistir pero muchas de ellas se adaptaron a una liberación creativa e individual en los marcos del capitalismo, apostando al cambio de conciencia y dejaron de luchar directamente contra el Estado y sus instituciones, por fuerza de la derrota y la adaptación. Muchos otros feminismos volvieron a revalorizar lo femenino y abandonar las teorías que cuestionaban el papel de la mujer en la sociedad, replantearse el feminismo y comenzar una fragmentación por la diferencia que se reivindicó para la lucha de cada cual y que se hizo excluyente. Hoy desde las teorías posmodernas se plantea que el género está en crisis.

Y aunque muchas discusiones continúan abiertas dentro del movimiento feminista y también viejos debates, la historia nos enseña a no olvidar las experiencias del pasado, no para mantenerlas como bellas imágenes de un pasado mejor, sin más, sino para mirar el presente y explicar sus huellas. Hoy nos encontramos con un movimiento de mujeres casi inexistente, pero las mujeres en ciertos países se han ido integrando a la lucha junto a otros movimientos sociales, en los procesos de transformación profunda ocurridos estos últimos años, como en Bolivia, Venezuela, Argentina, en que tras la caída de gobiernos neoliberales barridos por la acción de las masas, han asumido gobiernos progresistas que con un discurso antiimperialista y de humanización del capitalismo, han tomado las expectativas de la clase trabajadora y el pueblo pobre, entre ellos las mujeres, para poder sostener la estabilidad. Muchas promesas dio el gobierno de Chávez a las mujeres, pero aunque no se ha conquistado el derecho al aborto, algunas feministas autonomistas han proclamado el chavismo como su bandera de lucha y la estrategia gradual la vía de obtener cambios. La integración de campesinas y mujeres indígenas en Bolivia, no trajo cambios sustanciales en los niveles de vida de las mujeres trabajadoras y pobres, ni nada sustancial como avance sus derechos. Tabaré Vásquez, ha vetado la ley del derecho al aborto, dos veces votada y ganada en el parlamento, negando este derecho a miles de mujeres de Uruguay y demostrando con claridad los grandes límites de los gobiernos progresistas, también serviles al capitalismo y la democracia de los ricos que gobierna para sus intereses. En Chile, Bachelet que concentró las expectativas de muchas mujeres, oprimidos y excluidos, ha demostrado gobernar para los empresarios cuando otorga sumas importantes a los empresarios para salvar sus ganancias. Mientras la “píldora del día después” fue usurpada por la derecha y la iglesia, a las que la concertación se subordina, siguen muriendo mujeres por violencia machista y femicidio, siguen quedando mujeres enfermas por aborto clandestino, se sigue discriminando y reprimiendo a todo el que lucha. Bachelet demostró no defender nuestros intereses.

Los puestos de poder en cargos de la democracia para ricos o el imperialismo, conquistados por mujeres en todo el mundo, no sólo revelan que son mujeres que se contraponen a nuestros intereses por estar a favor de los intereses de los capitalistas. Sino que además, que estas mismas mujeres forman parte junto a otras, de una clase que defiende su poder a través de la mantención de las peores condiciones de vida para miles de trabajadores y trabajadoras en el mundo y mantiene sumidos en la pobreza, a 1300 millones de pobres de los que el 70% somos mujeres. Nada tienen en común Hillary Clinton, Condolezza Rice, Bachelet con las mujeres trabajadoras que ganan menos del sueldo mínimo, nada tienen en común las mujeres que son soldados de las tropas de EEUU, que asesinan y torturan a otras mujeres palestinas y árabes en Irak y Gaza. Las mujeres no somos todas iguales, y aunque todas vivamos descalificaciones diarias por ser mujeres, no hay intereses compartidos con las que se benefician de nuestra opresión y explotación, las que viven y mantienen su lugar con la usurpación de nuestro trabajo y la mantención de nuestra miseria.

Por eso decimos que mientras exista este sistema de opresión y explotación de miles de seres humanos para beneficio de un puñado de capitalistas, es necesario plantearse la lucha por la emancipación de nuestras cadenas, apostando por una estrategia que plantee la superación y el fin de este sistema irracional que es el capitalismo. Las mujeres trabajadoras, parte de la clase trabajadora que mueve esta sociedad, las mujeres pobres y estudiantes, que nos vemos perjudicadas y oprimidas por este sistema de forma brutal, no podemos sólo apostar a cambiar una u otra ley de los gobiernos de la democracia para ricos, tenemos que plantearnos nuestra emancipación total. Como en la historia del movimiento de mujeres y feminista, han existido muchas corrientes y estrategias de emancipación, pero muchas de ellas probadas también en acontecimientos importantes, es que no podemos ser ilusos en creer que ya no son efectivas porque pasaron de moda o porque alguien dijo que el capitalismo se había vuelto un sistema eterno e invencible. Todos los días el capitalismo demuestra sus miserias y el mismo reproduce las condiciones de su muerte, para las tareas que nos convocan, es necesario observar la realidad para saber que el patriarcado se ha adaptado al capitalismo de forma excepcional, porque el trabajo doméstico realizado por las mujeres milenariamente, hoy sigue siendo realizado por las mujeres, pero sobretodo por las trabajadoras y mujeres pobres con lo que el Estado y los patrones se ahorran entre un 35 y 55% del producto interno bruto de los países, mientras las que pueden pagarlo como servicio se liberan de él.

Por eso nuestra estrategia de emancipación debe apuntar a terminar con el capitalismo y cuestionarlo desde hoy desde las más mínimas situaciones defendiendo nuestros derechos, planteándonos como horizonte la lucha por la emancipación social a través de la revolución socialista para sentar las bases de nuestra liberación. Porque, ¿será acaso posible nuestra emancipación si no terminamos con este sistema capitalista que reproduce nuestra opresión y explota a miles de mujeres y hombres? Es posible que en los marcos de la democracia para ricos sea suficiente con la denuncia o la profundización de una democracia marcadamente a favor de la clase dominante? Es que acaso la opresión de las mujeres trabajadoras y pobres no tiene un rostro marcadamente capitalista y la alianza del patriarcado y el capitalismo se ha hecho indisoluble?

Todas estas preguntas las abrimos, porque es necesario un debate del movimiento de mujeres, feminista y de la izquierda, para pensar que estrategias son necesarias hoy cuando el capitalismo vuelve a presentar crisis y guerras, y procesos de lucha de clases que dejan claro que no será de forma pacífica nuestra emancipación. Dejamos hoy estas preguntas abiertas para la discusión con las feministas autónomas y anarquistas que también luchan por los derechos de las mujeres.

Nosotras creemos que toda lucha por una reforma parcial nos deja con miles de otras situaciones sin cuestionar y con una idea ilusoria de que gradualmente se puede transformar el capitalismo, cuando es necesaria la transformación radical de las relaciones sociales que nos someten a las mujeres y eso es tocando las bases que las sustentan. Hoy viejas estrategias se tiñen de nuevos conceptos e ideas que no hacen más que encerrar una profunda adaptación y confianza en la paz social y en los acuerdos entre las clases radicalmente opuestas. No es posible salirse de las relaciones sociales o cambiar nuestra situación sólo cambiando nuestras conciencias, porque un cambio de conciencia no cambia las relaciones sociales de conjunto que nos afectan, es necesario que de denunciar nos planteemos nuestra emancipación hasta el final. Por eso hemos dado paso a la conformación de una agrupación de mujeres que luche por los derechos de las mujeres trabajadoras, conformada por trabajadoras y estudiantes que vivimos las miserias a las que estamos condenadas. Desde Pan y Rosas – Teresa Flores, creemos que esta lucha debe plantearse desde el derecho al aborto y anticonceptivos libres, legales y gratuitos, y al mismo tiempo la eliminación del trabajo doméstico como tarea de mujeres, para avanzar a la socialización total de estas tareas que recaen sobre nosotras. Estas ideas que son parte de nuestro programa de esta agrupación que levantamos con una perspectiva anticapitalista, clasista y revolucionaria.


*Ponencia presentada en Escuela del Fel, Enero de 2009, en debate con Victoria Aldunate de memoria Feminista
Sexualidad, liberación y nuestros derechos.

¿Cómo vivimos la sexualidad las mujeres jóvenes?

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María Rojas



Para hablar de la sexualidad hoy, tenemos en mente rápidamente algunas cuestiones: cuerpos, riesgos, placer, etc. Ya no va más el sexo exclusivo al interior del matrimonio, el sexo como algo intocable y la virginidad odiosa antes de casarse. Hoy las relaciones sexuales son mucho más libres, improvisadas, efímeras. Y aunque cualquier especialista en sexualidad hoy podría decir que las mujeres jóvenes y adolescentes tenemos derecho a decidir, hacernos cargo, experimentar, lo cierto es que aún hay situaciones en que seguimos sometidas a decisiones de otros.


Basta hablar del embarazo adolescente, de la "primera vez" forzada y del pololeo violento. Basta hablar de la discriminación a las niñas y mujeres lesbianas y de la dificultad para poder asumirse homosexual en una sociedad que te trata de enferma o animal. Y aunque las mujeres jóvenes podemos hoy tener mayor libertad para tener situaciones que den espacio a relaciones sexuales y poder relacionarnos de más igual a igual, eso no excluye que muchas sigan teniendo que quedar embarazadas para saber que podía suceder de esa forma, tengan que infectarse de algo, para entender que no hay medios anticonceptivos y de protección a disposición y tengan que abortar con algún método desagradable para desviar un camino que se convierte en inevitable para las mujeres en ese momento. El sexo se vuelve algo a que nos siguen privando.





Contar a los padres sobre las relaciones sexuales es algo que se hace muy difícil, si no tienes la suerte de tener padres comprensivos, te callas situaciones que después tienes que asumir. Los padres que escuchan muchas veces no entienden a sus hijos, pero ellos estuvieron en la misma situación a su edad, en otras épocas, pero de mismo descubrimiento de la vida. Aunque nunca es lo mismo y los tiempos cambian, lo que antes se hacía a escondidas hoy se muestra más. Hoy la familia y cómo se entiende ha cambiado mucho, está en crisis pero no es para todos igual. Otras mujeres jóvenes, empiezan de manera degradante su sexualidad, con traumas, por situaciones poco creíbles porque parecen de años de horror, pero que conocemos y que todos callamos.







Tantas situaciones difíciles se quedan en silencio. Porque claro, todos hablamos de sexo, ya nadie lo niega, pero hablamos realmente de todo lo que sucede? O se habla de lo que más ofrece placer solamente?



Creemos que la sexualidad no es vivida por todos igual, claro, depende del medio en que se forman las personas, las creencias que los rigen y las experiencias, pero a todos nos oprimen las ideas de la Iglesia y ciertos parámetros, muchas veces generacionales, como los valores de nuestros padres, los profesores, los colegios, etc. que son valores de una sociedad determinada. Podríamos decir que desde los 70` al menos, las cosas han sido diferentes. Pero aunque esto pueda ser algo standard y hoy los jóvenes vivamos la sexualidad más abierta, el número de embarazos adolescentes parece indicar claramente que el lugar de origen sí importa en la vivencia de ciertas experiencias.


Así no lo cree María de los Ángeles Fernández, que cree que "El embarazo adolescente en los sectores más privados de recursos se relaciona con un modo de las niñas por adquirir una identidad, de ser visualizada, ser parte de algo y con ello se expone a salir del sistema educativo, pero la soledad de esas niñitas es la misma que las de Vitacura." ("Los padres enfrentan..." 8 de enero, Punto Mujer, EMOL). Estas palabras, que parecen reducir todo al mero deseo de las niñas de sentirse queridas, no revela que de partida la educación sexual, que no sólo viene de los colegios, es diferente, mucha veces no está y el silencio es un tipo corriente de educación sexual. Los padres educan a sus hijos con la idea de que deben impedir que sus hijos se equivoquen, pero los medios más recurrentes para impedirlo son castigar, conversar, aconsejar, silenciar. Pero sirve realmente por sí misma una conversación, sin alguna medida de protección real para evitar un embarazo? Es verdad que una píldora no soluciona nada o no se recurre a otras cuestiones? Basta realmente con buena comunicación para evitar toda una opresión social encima y situaciones que van más allá de nuestras decisiones?





Cuando decimos que el lugar de origen y clase social sí importa, queremos decir que si bien la mala educación sexual es un problema de todos, y la represión sexual está a la orden del día, aunque haya muchas mujeres desnudas en la TV, concretamente el acceso a medidas reales de prevención y de poder evitar situaciones forzadas y riesgosas, de poder vivir realmente libremente nuestra sexualidad son muy difíciles y más aun cuando lo que abunda no son buenos consejos para vivir nuestra sexualidad, ni mucho menos buenas situaciones vida, sino situaciones de violencia machista, de pobreza, de no poder decidir por nuestros cuerpos ni a lo que tenemos acceso. Entonces acaso, no es importante una píldora para evitar un embarazo no deseado, cuando ya no pudimos impedirlo de otro modo? No es importante terminar con un embarazo cuando tenerlo implica esclavizarse y caer aun más en la miseria? No es verdad que la opresión cambia dependiendo de tu libertad económica?





Las mujeres trabajadoras ganamos de sueldo en promedio un 30% más bajo que el de los hombres, por el mismo trabajo, no tenemos derecho al acceso a anticonceptivos si somos menores edad, y la píldora del día después ya no está más a nuestra disposición porque la derecha y la Iglesia lo quisieron. La Concertación y Bachelet nada tienen para ofrecernos y todo lo que pasa lo avalan. Esta realidad nos espera a miles de mujeres jóvenes trabajadoras, futuras trabajadoras y las que vivimos pobremente.


En esta sociedad de las contradicciones del "trabaja, libérate, independízate", pero al mismo tiempo "no pidas más, o te vas; es lo que se paga", "desea, déjate llevar" y luego "no puedes abortar, o irás presa", y más aún "mujeres conquistando espacios en la política" y luego, "miles de trabajadoras con sueldos de hambre" , "miles de abortos clandestinos". Mientras su doble standard esconde abortos clandestinos en un número de 200 mil al año, algunos de ellos realizados también en los barrios altos, y otras aborrecibles situaciones para miles de mujeres que son víctimas por no tener dinero. Es que estas frases, nos dicen que las mujeres trabajadoras, las mujeres pobres y estudiantes, las que vivimos una situación bastante distinta a la de las mujeres empresarias y ricas, no podemos esperar cambios que vengan del gobierno, porque además de no venir, no vienen porque nadie gobierna para proteger nuestros intereses.



Si hoy sigue existiendo "la prueba de amor", el "acostarse con él para que me ame", "estúpida, puta", las agresiones, no es sólo reflejo de algún tipo de sujeción que de luces de una falsa libertad, sino que son indicios de que la opresión sobre las mujeres que pesa de forma explícita en la sexualidad, que terceros tanto manipulan, se mantiene, hoy, sólo que sobre relaciones sociales más liberadas de las normas, en un sistema capitalista y patriarcal que mantiene estas y otras aberraciones. Pero no queremos normas rígidas, queremos espacios, acabar con la doble moral y la discriminación, queremos derechos, libertad para relacionarnos y vivir la sexualidad como queramos, y un 80% de las mujeres lo dice, "queremos también la píldora del día después y el aborto terapéutico".



Luchemos por el derecho al aborto legal, libre, gratuito y de calidad para evitar la clandestinidad.



Luchemos por anticonceptivos para toda mujer, para evitar embarazos no deseados y abortos clandestinos.



Basta de discriminación y doble moral. Por educación sexual sin la moral de la Iglesia. Por una sexualidad libre, donde nosotras decidamos. Basta de opresión sexual y de género.



Luchemos por nuestra liberación. Levantemos un movimiento de mujeres anticapitalista y revolucionario.





PAN Y ROSAS - TERESA FLORES
mujeres militantes de clase contra clase y mujeres independientes
GENERO.CLASE@GMAIL.COM






Sábado 10 de Enero de 2009.-

Viernes 9 de enero de 2009


ANTE EL ATAQUE DEL ESTADO DE ISRAEL AL PUEBLO PALESTINO


¡Abajo la masacre sionista contra Gaza!

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El Estado sionista, racista y colonialista israelí ha lanzado sobre Gaza, a partir del 27 de diciembre último, la masacre más sangrienta de las últimas décadas, contando con la complicidad de los estados imperialistas y de la ONU, que ponen al mismo nivel a opresores y oprimidos. El ataque sionista que ya ha provocado más de setecientos muertos y tres mil heridos, casi la mitad de los cuales son mujeres, niñas y niños, es dirigido -entre otros- por Tzipi Livni, ministra de Exteriores del Estado de Israel -donde hay menos mujeres parlamentarias que en Afganistán- la que disputa de este modo su próxima candidatura a primera ministra con otros líderes derechistas.


Las mujeres palestinas, mientras tanto, sufren la peor parte de estos brutales ataques, reducidas por los cínicos informes del ejército israelí a "daños colaterales": debido a los controles del ejército israelí que separan las ciudades, cientos de mujeres se ven obligadas a dar a luz en los puestos de control, sin contar con una mínima atención médica y soportando los abusos y malos tratos de los soldados israelíes, que las someten a humillaciones sólo por ser palestinas. De los diez mil palestinos y libaneses que el Estado de Israel mantiene prisioneros bajo la acusación de “terrorismo”, hay mil mujeres y trescientos niños y niñas. Las mujeres son arrestadas, habitualmente, para obligar a sus esposos a entregarse o a firmar una supuesta confesión. Las mujeres prisioneras son aisladas y sometidas a cacheos, insultos, vejaciones, maltrato físico y psicológico, acoso sexual; las mantienen hacinadas en celdas, sin comida suficiente, ni condiciones para el aseo personal. Sólo les permiten ver a sus familias cada tres meses a través de un cristal. La posibilidad de ser liberadas es siempre una incertidumbre ya que depende de la arbitraria decisión de la “justicia” israelí.


Pan y Rosas repudia fervientemente el ataque sionista al pueblo palestino y se ubica en su misma trinchera de resistencia.


Llamamos a todas las mujeres a solidarizarse con las y los habitantes de Gaza, pronunciándonos y manifestándonos en todo el mundo contra el brutal ataque israelí. Exigimos, asimismo, al gobierno de Cristina Kirchner que rompa relaciones diplomáticas con el Estado asesino de Israel.



HOY, TODAS SOMOS MUJERES PALESTINAS


Pan y Rosas Argentina


58 femicidios el 2008. Basta!

Memorial de femicidios 2008
58 casos en el año...
apenas cuatro menos que el año pasado...
y no hay ley que los reconozca...

No más muertes de mujeres por femicidio!
Enfrentemos la violencia contra las mujeres,
con las más altas penas a los agresores!
Ninguna confianza en la justicia patronal,
hagamos cumplir las penas por nuestra propia
autoorganización y movilización!

algunos casos:




femicidios 2009: 3 femicidios hasta hoy 9 de enero de 2009
ver nuestro plan de acción frente a la violencia contra las mujeres: