Desde el año pasado, la derecha y la iglesia, han estado posicionándose en el caso de la "píldora del día después", con un recurso en contra de esta medida que la Concertación impulsó como respuesta al embarazo adolescente. Pero han ido más allá y una vez más, están pasando a llevar nuestros derechos reproductivos, ya que no sólo estarían en el Tribunal Constitucional apelando en contra de dicha pastilla, sino que además contra métodos anticonceptivos utilizados por más de 40 años por las mujeres del país y sobretodo las más pobres y las trabajadoras, como el método Intrauterino o T, poniendo en peligro el uso de otros anticonceptivos. La semana pasada se reunieron los abogados a cargo en el Tribunal Constitucional, sin llegar a una salida sobre si son o no abortivos estos métodos.
Esto no es nada nuevo, porque la derecha y la iglesia cada vez que se ha abierto el debate, lo llevan a los marcos valóricos y morales, que esconden su verdadera posición. Ya que cada vez que surge la discusión plantean que prácticamente todos los anticonceptivos son abortivos, imponiendo su visión ideológica. Si la iglesia pretende mostrarse a favor de la vida, sólo protegen una sociedad que necesita seguir generando personas, nuevas generaciones de mano de obra, porque las que no tenemos las condiciones económicas para criar un hijo, ni siquiera podemos pensar en tener una vida decente con los sueldos de hambre y los pocos derechos que tenemos, como para además estar obligadas a cargar con hijos si no queremos o no podemos. Lo que hacen es anteponer la vida de otro ser humano, por sobre las condiciones de vida de nosotras las mujeres, que somos las últimas en poder decidir sobre nuestros cuerpos y vidas y si lo hacemos a favor del aborto, somos condenadas.
Cuando hablamos de derechos reproductivos, se trata de derechos que han sido conquistados por las mujeres años atrás, con luchas, ascenso de las masas, cambios sociales y culturales. Pero esos derechos no los resguardan los que gobiernan, porque la iglesia tiene injerencia en estos temas y son ellos junto a la derecha y la concertación los que terminan decidiendo por nosotras, cuando es nuestra vida la que se ve transformada con un hijo. El debate valórico pretende darle espacio a que la derecha y la iglesia impongan una visión que argumentan diciendo que los anticonceptivos impiden la implantación del óvulo en el útero, pero si es así, podrían estar contra cualquier método.
La realidad es que hay anticonceptivos de mala calidad, caros y nula educación sexual. Son muchas las adolescentes que quedan embarazadas por no haber podido optar, teniendo que cargar quieran o no con un hijo que les cambiará la vida. Tendrán que trabajar o ser dueñas de casa, afectando a sus familias, pero sobretodo, hacerse cargo ellas mismas de una persona más. Pero la realidad de las mujeres se ve cruzada por la necesidad de optar, por lo que muchas deciden abortar, por muchas causas, económicas o por no querer tener hijos simplemente. Ocurren en el país entre 160.000 y 200.000 abortos al año, aun cuando el aborto es ilegal, es por esto que no se puede tapar con un dedo una realidad en que ni la derecha y la iglesia pueden solucionar, porque pasan sobre nuestros derechos reproductivos y limitan aun más nuestra opción. Tampoco la concertación puede dar una solución hasta el final, con una "pastilla del día después" que es atacada por ser supuestamente abortiva, y que no podemos utilizar cuando otros no lo permiten y no está a la disposición de nadie. Ahora pretenden traer otra pastilla, que no sería abortiva, prometiendo una vez más una solución, para dos años más. Aunque estamos en contra que se considere abortivos a los anticonceptivos, el debate no se puede reducir a esto.
Entonces se trata de una discusión hipócrita, porque por más que el gobierno quiera legislar respetando a la iglesia y el conservadurismo, los valores del respeto de la vida por la vida y contra el aborto, seguirán ocurriendo abortos. Y no hay ley ni decisión de ellos que pueda tapar esta realidad. Por otra parte es una discusión que tiene carácter de clase, porque es sabido que las mujeres que tienen el dinero para pagar un aborto en una clínica privada acceden a él sin quedar con secuelas, mientras las que no tienen el dinero, las pobres y las trabajadoras, no tenemos opción y ante la desesperación, sólo tenemos en última instancia el aborto clandestino de mala calidad con secuelas insalubres, y hay además cárcel y castigo para las que son denunciadas a la justicia. Entonces si además se avanza en condenar métodos anticonceptivos, el problema del aborto será aún más recurrente, poniendo en riesgo la vida de las mujeres, que no podrán optar ni siquiera por métodos anticonceptivos que ponían algún freno al aborto clandestino.
Frente a esto, desde Género y Clase, creemos que no basta con defender la pastilla del día después, o defender los anticonceptivos por no ser abortivos. Sino que debemos luchar por anticonceptivos de calidad, gratuitos y para todas, y la opción de poder abortar en los casos que las mujeres lo requieran, de opción libre, que las mujeres decidamos sobre nuestros cuerpos y vidas, gratuito y de calidad. Si la iglesia quiere normar con su ideología conservadora y machista, que lo haga en su iglesia, pero que no decida sobre el Estado, ni sobre nuestras vidas.
Por el derecho a anticonceptivos y aborto: libres, gratuitos y de calidad.
Por educación sexual para todos y todas.
Por el derecho a la maternidad libre y derechos de posnatal
1 comentario:
jajajaja
aparte de ser puros burguesitos hijitos de papá, ahora los troskos se las dan de feministas?
weones barsas, si la cupula de LAC son puros hombres y a las minas las amndan a pegar afiches...
jajajaja, vayan se a Rusia cabros, seguro los pescan jajaja
ramona mercader
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