Comencemos a agruparnos trabajadoras, pobres y estudiantes


Frente a la situación actual: Agrupémonos trabajadoras, pobres y estudiantes para defender nuestros derechos e intereses


Clase y Género

Con cifras clarificadoras una encuesta de Humanas demuestra en que piensan las mujeres cuando se les pregunta sobre su situación de vida respecto al trabajo, al trabajo doméstico, los derechos reproductivos y la violencia en las parejas. Las mujeres encuestadas si bien dan cuenta del avance de las mujeres para ocupar lugares antes exclusivos de hombres, un 92% se siente discriminada en el ámbito del trabajo, un tema de alto interés para las mujeres, puesto que el 66% consideró la independencia económica y el trabajo como lo más importante en sus vidas. La principal discriminación parece notarse en la brecha salarial que alcanza entre un 30 y 40% frente al salario de los hombres por el mismo trabajo, y el 83% plantea en la encuesta la urgencia de que se igualen los sueldos.

Esta encuesta parece dar cuenta del interés de las mujeres trabajadoras de terminar con las desigualdades en el trabajo, que continúa en un gobierno liderado por una mujer como Bachelet. Pero no todo se ha quedado en encuestas, y aunque parece más pasivo el ánimo de terminar con estos problemas, las mujeres empiezan a plantearlos activamente. Basta con leer las demandas de la mesa de negociación de las mujeres trabajadoras del sector público, para dar cuenta del interés por no esperar, sino luchar contra la brecha salarial, por acceso a salas cuna y jardines infantiles gratuitos en sus lugares de trabajo, en definitiva, por exigir con movilización, como lo hicieron, tanto el reajuste del 14,5% como sus propios derechos de mujeres. Precisamente son estos derechos los que las mujeres esperaron del Sernam, que era el plan estrella de Bachelet y que no se ha concretado, hablamos de las "Buenas Prácticas laborales", que después de ya tres años de gobierno de Bachelet no se han concretado y la intransigencia del gobierno de la Concertación para ceder ante la movilización de los trabajadores y trabajadoras del sector público ante la demanda del 14,5% lo demostró. El triunfo del reajuste del 10%, tras días de movilización masiva, demostró en las calles que los trabajadores y trabajadoras, tiene fuerza para luchar por sus derechos e intereses.


Las mujeres trabajadoras y pobres estamos cuestionando nuestra situación

El ánimo de las mujeres trabajadoras por cuestionar su situación, aunque pasivamente quede demostrado en encuestas, está más latente que antes, y esta movilización lo demostró. Las mujeres trabajadoras que votaron el 2005 por Bachelet tiene más motivos para exigir y luchar por sus derechos, la realidad lo ha demostrado. Basta enumerar las problemáticas que las mujeres trabajadoras viven y que no han mejorado como prometió este gobierno de la concertación y la derecha. Hablamos de la violencia contra las mujeres que llega a un extremo de 55 asesinatos de femicidio este año después de campañas de denuncia; de la discriminación en todo ámbito que un 86% denuncia; de la brecha salarial que se mantiene y acentúa con trabajos precarios y sueldos de hambre; de falta de anticonceptivos gratuitos para protegerse de embarazos, como que la píldora del día después dejara de estar a disposición en la salud pública por mandato de la derecha y aceptación de la concertación. Estos problemas bastan para dejar claro que la situación de las mujeres sigue igual e incluso peor con el gobierno de una mujer, como Bachelet, que demostró que no por ser mujer dejaría de aplicar y llevar adelante la política de los partidos de la Concertación, de gobernar junto a la derecha para los intereses de los empresarios. Y ahora que la crisis capitalista mundial comienza a notarse en Chile, de seguro querrán descargarnos la crisis como ya lo vienen haciendo, como con los fondos de las AFP y los mensajes de "apretarse el cinturón", mientras ya planean para nosotras las mujeres, trabajos flexibles, es decir que estemos disponibles a cualquier sueldo y en cualquier momento para ser despedidas. Así lo confirmó Alfredo Ovalle, presidente de la CPC, el organismo de los empresarios que tan bien califican la política económica del gobierno: "Necesitamos, con mayor fuerza, más flexibilidad y adaptabilidad en el mercado laboral, para responder a las actuales circunstancias y disponer alternativas laborales para miles de jóvenes, mujeres y trabajadores". Para esta situación tenemos que prepararnos las mujeres trabajadoras. Bachelet notando esta situación, y teniendo un ultimo año de gobierno para seguir posando de izquierda y defensora de las mujeres, ha llevado al Parlamento el proyecto "Chile crece contigo" que vendría a solucionar, según dicen, las condiciones de las mujeres madres trabajadoras y pobres, pero es difícil creerlo cuando el sistema público de salud hoy se encuentra en una crisis crónica. Y por más atención que se quiera poner en las mujeres madres, que son mujeres muchas veces jóvenes que han quedado embarazadas sin quererlo, un 25% de las jóvenes latinas son madre antes de los 20 años (CEPAL), o mujeres que están casi obligadas a ser madres, son muchas otras como ellas que han decidido desesperadamente no tener más hijos ante un embarazo que no han elegido, como tampoco han elegido las condiciones en que sus hijos nacerán. Creemos que con un plan así, no se resuelve el problema real de las mujeres trabajadoras y pobres, porque al mismo tiempo de tener un hijo en precarias condiciones no pueden tener la posibilidad de protegerse de un embarazo no deseado, de acceder a anticonceptivos como la píldora del día después, a la que sólo acceden las que tienen dinero. Y si hablamos de las cifras alarmantes de mujeres que abortan que son 160 mil a 200 mil, lo que claramente es una realidad escondida y que se mantiene bajo una política tan restrictiva de nula posibilidad de derecho a aborto, en que mujeres se enferman y son denunciadas, ahora estas cifras seguro aumentarán sin una píldora del día después disponible. La vida de las mujeres se ha empobrecido, y con trabajos precarios y bajos sueldos, en medio de una realidad que deja a las mujeres sometidas a estas situaciones, poco y nada puede mejorar un plan de maternidad como éste. Por más que Bachelet diga defendernos, ha demostrado que no puede darnos ninguna solución.


Y frente a la violencia contra las mujeres, ¿qué paso?

Uno de los problemas que el Sernam ha denunciado, después de callar muchos otros, es el de la violencia contra las mujeres, frente a la cual levantó una campaña de denuncia y llevó adelante ciertas leyes para tipificar el femicidio, aumentar las penas, un número de denuncia y casas de acogida. Pero muchas de estas iniciativas son parciales y no se han concretado hasta el final, lo único efectivo ha sido la denuncia que ha contabilizado los casos de femicidio y el gran interés que ha suscitado esta problemática, sin embargo no ha sido efectivo en lo concreto. La encuesta de Humanas frente a este punto revela que un 56% considera que la situación ha empeorado o se ha mantenido igual en el último tiempo, mientras que un 81% dice que la violencia en el pololeo debe ser sancionada. Las mujeres trabajadoras del sector público también plantearon la necesidad de hacer efectivas las denuncias de acoso sexual laboral que hoy se realiza sólo como sumario interno lo que es manejado privadamente sin ninguna efectividad. Con estos datos de la realidad y con la masiva marcha realizada el año pasado a nivel nacional por el 25 de Noviembre, a la que sólo en Santiago llegaron unas 5.000 personas, entre mujeres, juventud y organizaciones de mujeres, queda demostrado el interés en solucionar estos problemas. Aun más masiva fue la marcha este primer semestre contra el fallo del Tribunal Constitucional, liderado por la derecha, el Opus Dei y la Iglesia, que sancionó prohibir la disposición gratuita y libre de la píldora del día después, que el 22 de Abril tuvo marchando en las calles a nivel nacional a más de 35.000 personas, mujeres, jóvenes de capas medias, a trabajadores y trabajadoras en paro ese día, rechazo a esta medida que se mantiene y que encuentra un 80% de repudio al fallo como similar cifra a favor del aborto terapéutico. Las organizaciones que convocaron a estas marchas, la Red chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual y el Movimiento por la Defensa de la Anticoncepción, que agrupa a varias ONG`s y grupos feministas, de derechos humanos y de salud, pasaron de llevar adelante grandes campañas y marchas, a culminar en cierres de campaña como "El Machismo Mata" y una pasividad desconcertante, que el pasado 25 de noviembre, día contra la violencia a las mujeres, se pudo ver una marcha de 250 personas en Santiago y otros números similares o más bajos en regiones, una bajísima campaña de la convocatoria en el marco de un cierre de campaña, de la que nadie se enteró más que los grupos feministas. A esta pasividad, si le sumamos el foro realizado por Humanas y la Red chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, al que invitaron a Felipe Harboe, subsecretario del Ministerio del Interior de gobierno, a hablar de violencia contra las mujeres, cuando es el mismo que impulsa la represión a los mapuche, sólo puede revelar confianza no sólo de la Corporación Humanas que expuso en el foro, sino de las organizaciones que en esta red se agrupan. Frente a esto, de pasar de un semestre con masivas marchas, a un semestre con pasividad, la Corporación Humanas si bien da cuenta en sus encuestas de la realidad, junto a estas dos grandes agrupaciones, dejan su confianza depositada en que Bachelet y el Parlamento, en que sólo hay políticos de la Concertación y la derecha (más ex concertacionistas de grupos igualmente patronales), den solución a estos problemas que encuentran un interés activo de mujeres y jóvenes en marchas, de trabajadoras y trabajadores en paros y demandas, y de una gran cantidad de la población.

Para comenzar a enfrentar esta situación y defender nuestros derechos e intereses, siendo las principales afectadas, las mujeres trabajadoras, pobres y estudiantes tenemos que organizarnos.

1) Es necesario luchar por terminar con la brecha salarial, por tener acceso a salas cuna y jardines infantiles pues con bajos sueldos no podemos pagar ningún servicio de este tipo. Las mujeres trabajadoras vivimos entre el trabajo doméstico del hogar y el trabajo remunerado y sin un lugar gratuito donde dejar los hijos para ser cuidados y educados, se hace casi imposible realizar esta doble jornada. Asimismo el posnatal debe ser un derecho, el derecho al trabajo seguro y estable, tenemos que enfrentar la subcontratación que nos tiene sobretodo a mujeres en puestos de trabajo precario. Para ellos hay que comenzar a luchar en nuestros lugares de trabajo junto a nuestros compañeros, sindicalizándonos.

2) Frente a la violencia y el femicidio, tenemos que exigir que los femicidas paguen las más altas culpas, pero el machismo y la violencia contra las mujeres no se puede controlar sino nos organizamos para disminuirla nosotras mismas y hacer efectivas las penas, sin ninguna confianza en la justicia patronal. Porque en los lugares de trabajo el acoso es pan de cada día, moneda de cambio de amenazas de despido y promesas de mejoras, para lo cual es necesario agruparnos en comisiones de mujeres independiente de la patronal junto a los sindicatos, para notificar los casos de acoso sexual. Las mujeres víctimas junto a las organizaciones de mujeres, sindicales, de la izquierda y minorías sexuales, deben hacer efectivas las penas.

3) El problema del aborto y los derechos reproductivos de las mujeres, debe ser enfrentado, debemos exigir anticonceptivos gratuitos libres y seguros y derecho al aborto legal, gratuito y seguro para toda mujer que lo requiera, porque la realidad obliga a 200.000 mujeres a abortar al año, sobretodo mujeres trabajadoras, pobladoras y jóvenes pobres, quedando con secuelas en el cuerpo, en la cárcel y algunas muertas, cifras que por la ilegalidad del aborto son desconocidas pero una realidad latente que todos sabemos que existe.

4) Tenemos que enfrentar estos problemas y todo tipo de discriminación por ser mujeres, las lesbianas somos discriminadas en los colegios y el trabajo, tratadas como enfermas por la sociedad y la misma familia, no hay derecho a concebirse como parejas y asumir la sexualidad libremente.

Para esto es necesario empezar a organizarnos, creemos que un feminismo anticapitalista sólo puede dar solución hasta el final, luchando hoy por los derechos e intereses de las mujeres que más sufrimos la opresión, como somos las trabajadoras junto a las pobres y jóvenes. Una agrupación así tenemos que levantarla para luchar independientemente de los partidos patronales, de la iglesia, del Estado de los empresarios y sus instituciones que en esta democracia para ricos, incluso con una mujer en el gobierno, nos somete a situaciones vida aberrantes. Tenemos que levantar un movimiento feminista anticapitalista, que hoy más que nunca se hace necesario para defender nuestros derechos e intereses, de la mano de nuestros aliados de la clase trabajadora, para enfrentar a nuestros opresores, explotadores y este sistema de dominación capitalista que sustenta en sus raíces nuestra situación. Hacemos un llamado a las mujeres trabajadoras, pobres y estudiantes a discutir levantar estos puntos y formar esta agrupación "Pan y Rosas. Teresa Flores".*


Claseygenero.blogspot.com
Genero.clase@gmail.com
Clase contra clase


*Pan y Rosas nace en Argentina en 2003, es nuestra agrupación hermana conformada por el PTS e independientes que agrupa hoy a cientos de trabajadoras, pobladoras y estudiantes.Teresa Flores fue la compañera de Recabarren, que dirigió los Centros Femeninos "Belén de Sárraga" que agrupaba a mujeres trabajadores del norte a principios del siglo XX, para dar cuenta y enfrentar su situación de trabajadoras y mujeres.

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