Honduras. Trabajadoras sin derechos

15.05.2008


ARTÍCULO

Honduras. Trabajadoras sin derechos
Guadalupe Cruz Jaimes
www.elheraldo.hn


Las precarias e inhumanas condiciones laborales de las mujeres que trabajan en las

maquiladoras, es motivo de una denuncia presentada por la Organización Colectivo de Mujeres Hondureñas. El acoso psicológico y sexual es muy frecuente junto con largas jornadas de trabajo.
Las trabajadoras de la industria maquiladora en Honduras ven violados sus derechos humanos y laborales ya que cumplen con largas horas en las que son acosadas psicológica y sexualmente, lo que deteriora su calidad de vida, denunciaron la Organización Colectivo de Mujeres Hondureñas y otras agrupaciones sociales. Las trabajadoras de este ramo “laboran más de las ocho horas establecidas, les controlan el tiempo para comer, las amenazan con despedirlas, sus jefes las maltratan y las acosan sexualmente”, dicen las organizaciones de la sociedad civil (OSC), de acuerdo con la agencia de noticias Prensa Latina (PL). Uno de los riesgos a la salud de las obreras a causa de su trabajo “es el contacto con sustancias nocivas y las obligadas posturas inadecuadas, (que) les provocan igual enfermedades respiratorias, hipertensión arterial, infecciones urinarias y problemas musculares”. La denuncia más reciente llegó desde la fábrica Productos San José, que funciona con capital estadounidense en la industria Zip San José, en la ciudad norteña de San Pedro Sula, Honduras, dice el texto. Alrededor de mil 500 obreras y obreros están contratados por la entidad y son obligados a cumplir metas excesivas incluso fuera de horario, desatendiendo su salud. Obreras de la maquila denunciaron que sus directivos instruyeron a las autoridades de la clínica del Instituto Hondureño de Seguridad para que no las asistieran y alegaron contar con enfermería en la fábrica. Los servicios sanitarios en el local de la fábrica --que trabaja para las marcas Athetic, Jerzees y BVD, entre otras-- también están en mal estado: a las y los trabajadores les controlan el tiempo para ir al baño y al demorarse les llaman la atención.

Además de “los regaños”, las obreras son amenazadas con reducción del día de salario y de la boleta de almuerzo. Cuando asisten al seguro social reciben amonestaciones, les reducen el pago del día, medio salario del séptimo y la boleta de almuerzo, señaló PL. Accidentes de trabajo De igual forma, la agencia informó que “las operarias que trabajan pegando etiquetas sufrieron abortos por el calor de la plancha y de la fuerza realizada al levantar bultos, proceso de trabajo que muchas veces se lleva a cabo en lugares sin ventilación, ejemplificaron las denunciantes”. También denunciaron que “una obrera fue amonestada por acudir al seguro social cuando se le incrustó una aguja en un dedo de la mano” y manifestaron que los ejecutivos de la fábrica procuran ocultar los accidentes y de este modo ganan premios por tener una “empresa segura”.

Logran estos reconocimientos ya que si la industria no registra accidentes de trabajo, los propietarios estadounidenses de la fábrica envían dinero a los administrativos para que celebren con las y los trabajadores, refirieron a PL. Las y los obreros son descalificados por sus superiores: “frases como burros, haraganes y otras ofensivas son propinadas por el jefe de mecánica contra los trabajadores, relataron”. La salud de las trabajadoras no es prioritaria para la empresa.

Ejemplo de ello es el caso de la operaria Delmy George a quien el Seguro Social le diagnosticó lumbalgia crónica al atenderla por un problema en su columna vertebral, pero la apoderada legal de Productos San José, Loesi Barrera, cuestionó el diagnóstico. Ante esta situación, la directiva le ofreció a George el pago de sus prestaciones y le adelantó que consultaría con otro doctor antes de remitir el caso a la comisión de invalidez. De acuerdo con el testimonio que la operaria dio a Prensa Latina, Delmy “padece fuertes dolores en todo el cuerpo, que prácticamente le imposibilitan continuar laborando y su economía está cada vez peor”. El Artículo 460 del Código del Trabajo de Honduras establece que es de interés público la constitución legal de organizaciones sociales, sean sindicatos o cooperativas, para contribuir al desarrollo del país, de la cultura popular y de la democracia. Sin embargo, coinciden activistas sociales, defensores de las mujeres y de los derechos humanos, la mayoría de los empresarios nacionales y extranjeros utilizan la represión como medida para impedir la organización de los trabajadores. Los contratados por Productos San José trataron de organizar un sindicato en más de una ocasión y los ejecutivos de la empresa respondieron con despidos masivos de trabajadoras y trabajadores involucrados. Editado por Mujeres Hoy

Fuentes: CIMAC Noticias, México, 2008.

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