Aborto, Hipocresía y Pobreza

Por Virginia Peña


Hace unos días salió la noticia de que una joven de 18 años había abortado en Los Angeles, debido a las avanzadas semanas de gestación el feto fue expulsado y depositado en un contenedor por ella y su pololo.
Posteriormente debido a las secuelas del aborto la joven pidió atención en el Hospital Base de Los Angeles, donde –según informa el reaccionario Diario la Tercera del 27/5/2007 “El médico dio aviso a Carabineros, quienes realizaron las primeras averiguaciones. La Sección de Investigaciones Policiales (SIP) dio con la vivienda del pololo de la mujer…quien al verse acorralado contó lo que había sucedido… El fiscal de turno, Rodrigo García, dispuso una orden policial para que ambos jóvenes sean formalizados por el delito de aborto.” La joven quedó detenida.
Este hecho muestra toda la hipocresía en torno al tema del aborto en Chile. Porque si esta joven hubiese sido de clase media o alta, se hubiera hecho un aborto con un médico-el Barrio Alto está lleno de clínicas abortivas y médicos que lo hacen en condiciones higiénicas y seguras, incluso brindándole a las mujeres antibióticos y medicamentos- este hecho hubiera “pasado piola”, nada se habría sabido de él y menos esa joven hubiera sido imputada..
Sin embargo para desgracias esta joven de Los Ángeles era pobre, y no tenía recursos para esta opción. En Chile son las mujeres pobres las que pagan con cárcel y son juzgadas pro abortar. Es decir, como todo en este país, esta justicia “para ricos” solo acusa a las mujeres pobres, mientras hace la “vista gorda” con todas aquellas de sectores altos que recurren a estos métodos pero están protegidas por sus apellidos.
Ser una joven pobre en Chile es terrible: no tienes acceso a educación sexual como corresponde (los mismos hipócritas que se oponen a la educación sexual en los colegios luego condenan los abortos); no acceden a métodos anticonceptivos seguros de forma fácil y accesible (es una tremenda burocracia acceder a ellos o tiene un costo que muchas no pueden pagar); la tremenda represión cultural hace que tengan sexo inseguro (la mayor parte son madres jóvenes); y además si se embarazan y se hacen un aborto corre riesgo su vida y terminan hospitalizadas producto de abortos mal hechos, en condiciones deplorables y además denunciadas por los “éticos” médicos a la justicia.
Todo lo opuesto le ocurre a las mujeres de sectores altos.
Hipócritas, esta es la palabra que define la postura de los medios de comunicación, la iglesia, la derecha y los políticos patronales frente al tema, mientras el gobierno de la Bachelet solo toma una medida mínima como la distribución de la píldora del día después que no resuelve el problema de fondo.
Una mujer pobre-según todos estos sectores-debe tener a toda costa su hijo/ja, ¿pero en que condiciones? Porque lo más probable es que ese hijo/ja de una mujer pobre termine como un explotado más en este sistema miserable; o caiga en la delincuencia; o sumido en la violencia existente en gran parte de los hogares chilenos. Ese es el futuro de un niño o niña de un hogar pobre de Chile y más de una joven madre soltera. ¿hay que tener los hijos a toda costa? Entonces que estos hipócritas se hagan cargo de lo que dicen y les garantice a esos niños/ñas educación y salud gratuita; trabajo digno, etc. Imposible en uno de los países mas desiguales del mundo, en esta democracia “para ricos”.
Recientemente el Papa Benedictino dijo en Brasil que la iglesia reafirmaba su oposición al aborto; mientras por años ocultó la pedofilia y violaciones sistemáticas existentes entre sus miembros. Hipócritas
En Ciudad de México recientemente se aprobó el aborto legal; hasta las 12 semanas de gestación, sin que la mujer tenga que dar explicaciones de porqué desea abortar. Es un paso adelante.
NO a la criminalización de las mujeres pobres¡¡¡
Basta de que los curas, políticos y periodistas nos den sermones sobre nuestros cuerpos¡¡¡
Queremos decidir sobre nuestro propio cuerpo¡¡¡
Anticonceptivos para decidir y aborto legal para no morir¡¡¡

Así desde Clase contra Clase, luchamos por:
* Asesoramiento, educación e información sexual y sobre métodos anticonceptivos en escuelas, establecimientos y hospitales sin discriminación de edad, sexo, género, orientación sexual, estado civil, etnia, clase, etc
* Que los hospitales públicos y los centros de salud garanticen gratuitamente cualquier método anticonceptivo (oral, DIU, preservativos e incluso los métodos de esterilización definitiva) a toda persona ante su sola y libre decisión, después de haber recibido asesoramiento adecuado sobre su eficacia y sus contraindicaciones.
* Derecho de toda mujer, si así lo deseare, a interrumpir su embarazo mediante el aborto seguro, libre y gratuito, realizado en hospitales públicos, garantizando la salud psicofísica y la dignidad de la solicitante.

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