Marcha Orgullo GLTTB 2007



El 26 de agosto recién pasado se conformó la Federación Chilena de la Diversidad Sexual (Fedisech). Esta instancia representa un enorme logro para la comunidad gay, lésbica, bisexual, transexual, transgénero e intersexual de nuestro país, pues se instituye como una agrupación que se propone llevar adelante las luchas de las minorías sexuales utilizando una estrategia de carácter federativo, es decir, planteándose como un bloque mayoritario constituido por distintos grupos a nivel nacional que solían plantear sus demandas aisladamente.

En nuestro país, la discriminación es un hecho recurrente y muchas veces naturalizado que afecta tanto a las minorías sexuales, como también a etnias originarias, inmigrantes extranjeros, personas de escasos recursos, mujeres, etc. Estas formas de discriminación y/u opresión se amparan en la sociedad capitalista actual en la que nos desenvolvemos, en la que se vuelve tan común que quien posee poder o primacía sobre otro grupo pisotee a un inferior, lo que se enmarca dentro de de la explotaciópn de clases que marca los parámetros de la opresión de todas las otras diferencias. Esto se convierte en algo dolorosamente cotidiano, expresados en todas las instituciones y roles de la sociedad. Es por eso que una de las grandes luchas a la que debemos aspirar, es a combatir contra cualquier forma de opresión, discriminación y explotación.

Siguiendo esa posición, planteamos que la constitución de la Fedisech es un triunfo, no sólo en el sentido de visibilización y unión del movimiento LGTTBI, pues además podemos constatar que la Federación ya promulgó una declaración de principios, además de sus objetivos, entre los que se cuenta como un punto especialmente importante y significativo, la Ley contra la discriminación y la institución del Pacto de Unión Civil que regulan tanto la forma de vida de las personas con opción sexual distinta, como la convivencia entre parejas del mismo sexo, dando un piso de estabilidad jurídica y social, derecho democrático por el cual han venido luchando, prometido por el gobierno de la Concertación, primero y que, ahora en base al plan programado por la Fedisech, debería ser aprobado en el breve plazo.

Pero cabe preguntarse si es en realidad posible que la Concertación pueda asegurar hasta el final la no discriminación hacia las minorías sexuales. Por ejemplo, ¿evitará que trabajadores y trabajadoras sean despedidos por los patrones por el sólo hecho de ser homosexuales o ser portadores de VIH/Sida, amparándose en el pretexto de "necesidades de la empresa"? ¿Actuaría contra la impunidad patronal? No, porque desde dictadura, junto con la Derecha han mantenido y profundizado esta impunidad de la democracia para ricos.

¿Cuáles serían las consecuencias de una posible promulgación de las leyes de Pacto de Unión Civil entre parejas del mismo sexo y Antidiscriminación? O más bien, ¿por qué esta sociedad capitalista neoliberal se niega tanto a acceder a este derecho?

Consideramos que las bases de este sistema patriarcal, neoliberal y capitalista se han fundado en la institución de la familia tradicional, enmarcada en la sociedad de clases. En la familia se perpetúan los roles sociales, de género, religiosos y morales; se instruye que la función básica de la pareja, por tanto núcleo familiar, es la reproducción de roles serviles al capitalismo, y en la familia de clase trabajadora y pobre, la reproducción de mano de obra barata servil a la explotación capitalista. Con respecto a la mujer, que ésta se subyugue a cumplir roles de lo que una mujer debe ser, es decir relegarse a ser una madre y esposa ejemplar lo quiera o no, y adoptando características correspondientes: maternal, sumisa y solícita a cumplir sus obligaciones. Por otro lado, al hombre se le insta a tomar un papel de jefe de hogar, de proveedor económico, debe tener un carácter fuerte poco asociado con lo sentimental, más bien con lo racional. Por supuesto que bajo estos márgenes, estos roles impuestos deben complementarse al extremo de que una relación en la que esto no suceda, no sea socialmente aceptada o no sirva para reproducir los roles sociales correctos

Resumiendo, cualquier relación homosexual, por atentar contra la familia, por ende atentará también contra las bases heteropatriarcales de esta sociedad neoliberal, donde opresión y explotación se conjugan para mantener este orden.

Una de los principales defensores de la institución de la familia y la sociedad heteropatriarcal es la Iglesia, además de ser en Chile históricamente una acérrima defensora del pacto social y maquilladora de las políticas del estado neoliberal y capitalista. Hipócritamente afirman aceptar a los homosexuales por ser hijos de Dios, mientras hace tan sólo unos días una profesora fue discriminada por el vicario para la Educación de San Bernardo, esgrimiendo que su orientación sexual lésbica no era compatible con el ejercicio de su profesión; mientras la Iglesia realiza campañas apelando a la Derecha para impedir que la ley anti-discriminación sea votada, posando de democráticos y anticipándose a que los trabajadores y oprimidos se organicen y luchen por sus demandas .

Como vemos, no podemos confiar en instituciones que defienden el orden patronal y que pretenden perpetuar el sistema de opresión, explotación y discriminación en el que vivimos las mayorías explotadas y todo tipo de minorías oprimidas día a día.

Desde la Comisión de Género y Clase de la organización Clase contra Clase planteamos que la lucha por nuestros derechos y demandas democráticas, debe llevarse a cabo con organización, aliándonos con la clase trabajadora, que es la única clase capaz de agrupar a los oprimidos y explotados tras de sí para lograr una real transformación de la sociedad desde los pilares de la sociedad capitalista patriarcal y neoliberal.

Aborto, Hipocresía y Pobreza

Por Virginia Peña


Hace unos días salió la noticia de que una joven de 18 años había abortado en Los Angeles, debido a las avanzadas semanas de gestación el feto fue expulsado y depositado en un contenedor por ella y su pololo.
Posteriormente debido a las secuelas del aborto la joven pidió atención en el Hospital Base de Los Angeles, donde –según informa el reaccionario Diario la Tercera del 27/5/2007 “El médico dio aviso a Carabineros, quienes realizaron las primeras averiguaciones. La Sección de Investigaciones Policiales (SIP) dio con la vivienda del pololo de la mujer…quien al verse acorralado contó lo que había sucedido… El fiscal de turno, Rodrigo García, dispuso una orden policial para que ambos jóvenes sean formalizados por el delito de aborto.” La joven quedó detenida.
Este hecho muestra toda la hipocresía en torno al tema del aborto en Chile. Porque si esta joven hubiese sido de clase media o alta, se hubiera hecho un aborto con un médico-el Barrio Alto está lleno de clínicas abortivas y médicos que lo hacen en condiciones higiénicas y seguras, incluso brindándole a las mujeres antibióticos y medicamentos- este hecho hubiera “pasado piola”, nada se habría sabido de él y menos esa joven hubiera sido imputada..
Sin embargo para desgracias esta joven de Los Ángeles era pobre, y no tenía recursos para esta opción. En Chile son las mujeres pobres las que pagan con cárcel y son juzgadas pro abortar. Es decir, como todo en este país, esta justicia “para ricos” solo acusa a las mujeres pobres, mientras hace la “vista gorda” con todas aquellas de sectores altos que recurren a estos métodos pero están protegidas por sus apellidos.
Ser una joven pobre en Chile es terrible: no tienes acceso a educación sexual como corresponde (los mismos hipócritas que se oponen a la educación sexual en los colegios luego condenan los abortos); no acceden a métodos anticonceptivos seguros de forma fácil y accesible (es una tremenda burocracia acceder a ellos o tiene un costo que muchas no pueden pagar); la tremenda represión cultural hace que tengan sexo inseguro (la mayor parte son madres jóvenes); y además si se embarazan y se hacen un aborto corre riesgo su vida y terminan hospitalizadas producto de abortos mal hechos, en condiciones deplorables y además denunciadas por los “éticos” médicos a la justicia.
Todo lo opuesto le ocurre a las mujeres de sectores altos.
Hipócritas, esta es la palabra que define la postura de los medios de comunicación, la iglesia, la derecha y los políticos patronales frente al tema, mientras el gobierno de la Bachelet solo toma una medida mínima como la distribución de la píldora del día después que no resuelve el problema de fondo.
Una mujer pobre-según todos estos sectores-debe tener a toda costa su hijo/ja, ¿pero en que condiciones? Porque lo más probable es que ese hijo/ja de una mujer pobre termine como un explotado más en este sistema miserable; o caiga en la delincuencia; o sumido en la violencia existente en gran parte de los hogares chilenos. Ese es el futuro de un niño o niña de un hogar pobre de Chile y más de una joven madre soltera. ¿hay que tener los hijos a toda costa? Entonces que estos hipócritas se hagan cargo de lo que dicen y les garantice a esos niños/ñas educación y salud gratuita; trabajo digno, etc. Imposible en uno de los países mas desiguales del mundo, en esta democracia “para ricos”.
Recientemente el Papa Benedictino dijo en Brasil que la iglesia reafirmaba su oposición al aborto; mientras por años ocultó la pedofilia y violaciones sistemáticas existentes entre sus miembros. Hipócritas
En Ciudad de México recientemente se aprobó el aborto legal; hasta las 12 semanas de gestación, sin que la mujer tenga que dar explicaciones de porqué desea abortar. Es un paso adelante.
NO a la criminalización de las mujeres pobres¡¡¡
Basta de que los curas, políticos y periodistas nos den sermones sobre nuestros cuerpos¡¡¡
Queremos decidir sobre nuestro propio cuerpo¡¡¡
Anticonceptivos para decidir y aborto legal para no morir¡¡¡

Así desde Clase contra Clase, luchamos por:
* Asesoramiento, educación e información sexual y sobre métodos anticonceptivos en escuelas, establecimientos y hospitales sin discriminación de edad, sexo, género, orientación sexual, estado civil, etnia, clase, etc
* Que los hospitales públicos y los centros de salud garanticen gratuitamente cualquier método anticonceptivo (oral, DIU, preservativos e incluso los métodos de esterilización definitiva) a toda persona ante su sola y libre decisión, después de haber recibido asesoramiento adecuado sobre su eficacia y sus contraindicaciones.
* Derecho de toda mujer, si así lo deseare, a interrumpir su embarazo mediante el aborto seguro, libre y gratuito, realizado en hospitales públicos, garantizando la salud psicofísica y la dignidad de la solicitante.